8 maneras de controlar situaciones altamente estresantes

8 maneras de controlar situaciones altamente estresantes

«A veces, cuando la gente está estresada, odia pensar, y es el momento en que más necesita pensar.«

William J. Clinton, 42º Presidente de los Estados Unidos.

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Verdaderamente, sólo hay una garantía en esta vida, y es que no hay garantías. Desde el momento en que te despiertas hasta el momento en que tu cara toca la almohada por la noche, pueden ocurrir muchas situaciones difíciles y estresantes. A riesgo de parecer un cliché, es la forma en que tú respondes a estas situaciones lo que marca la diferencia.

Puede ser difícil recordar la importancia de nuestra respuesta cuando sucede algo drástico; te han despedido, tu coche tiene una grave avería, el dinero está justo (a veces realmente justo), tu trabajo es estresante… cualquiera de estas cosas pueden pasarnos a cualquiera de nosotros. Recordemos responder rápida y racionalmente si nos encontramos con alguna de estas situaciones.

8 MANERAS DE CONTROLAR CUALQUIER SITUACIÓN ALTAMENTE ESTRESANTE…

1. RECUERDA QUE NADA (NI NADIE) PUEDE «HACERTE» SENTIR ALGO.

Tu reacción a la situación es justamente eso… tu reacción. La manera en que te sientes acerca de una situación y, en última instancia, cómo lidias con ella, es tu elección. No hay manera de controlar las acciones de otros, pero tú puedes controlar cómo respondes.

Un aspecto importante de esto es entender cuando una situación es incontrolable, como una mala economía, una enfermedad y otras situaciones. Cuando ocurre lo incontrolable, debemos aceptarlo tal cual. Sin embargo, hay una gran diferencia entre aceptar la situación y darse por vencido. La aceptación es importante, pero también lo es la superación eficaz. Al elegir ser eficaces en la forma en que reaccionamos, reducimos significativamente el estrés. Recuerda esto y utiliza algunos de los indicadores que siguen.

2. REEMPLAZA LA ACTITUD POR LA GRATITUD.

La actitud que tenemos hacia las situaciones estresantes tiene un efecto definitivo, positivo o negativo. Una actitud negativa es a menudo el mecanismo automático por defecto que puede tener un efecto adverso en nuestro bienestar mental, físico e incluso espiritual.

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En su lugar, intenta conscientemente reemplazar esta reacción negativa y predeterminada por gratitud. Por ejemplo, cuando te encuentres en un atasco de tráfico, cambia tu perspectiva. Piensa en cosas por las que puedas estar agradecido – familia, amigos, trabajo, salud, u otra cosa. Busca cosas en la naturaleza para admirar y apreciar – árboles, sol, o una vista agradable. Cuando haces un intento consciente de anteponer la gratitud a la negatividad, verás que tu actitud cambia.

3. RELÁJATE, DESPUÉS RELÁJATE UN POCO MÁS.

En medio de un día ajetreado, agitado y estresante, es muy fácil olvidarse de cuidar de tu bienestar emocional y físico. Cuando tu jefe está actuando como un dictador o estás atrasado en un proyecto, es muy tentador permitir que esta negatividad se apodere de tu día.

En su lugar, trata de usar el tiempo de inactividad en el trabajo para relajarte. Cuando tengas un descanso, tómate unos minutos para alejarte de todo y dejarlo ir. Haz algunos ejercicios de respiración, lee o envía un mensaje de texto rápido a un ser querido. Pasa la hora del almuerzo haciendo algo agradable y olvídate de lo negativo que sucedió antes. Recuerda, la relajación no requiere una cantidad significativa de tiempo. Es lo que haces con este tiempo lo que finalmente marca la gran diferencia en tu forma de pensar.

4. MIRA EL PANORAMA GENERAL.

Cuando llegas tarde, te olvidas de algo, o algo inesperado sucede, es probable que tenga poca importancia. Sin embargo, tu respuesta de «pelear o huir» programada en tu cerebro liberará hormonas de estrés que hacen que este evento parezca mucho más significativo de lo que realmente es.

Recuerda evaluar la situación estresante desde una perspectiva general y racional. Pregúntate «¿Importará esta situación a largo plazo? o «¿Qué importancia tiene esto para mi vida? ¿Es realmente más importante que mi bienestar mental y físico?» La mayoría de las veces, la respuesta será no. Si este es el caso, simplemente sigue adelante y ajústate en consecuencia. No vale la pena tu tiempo y energía.

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5. APRENDER ALGUNOS «TAPONES PARA EL ESTRÉS».

Como se mencionó anteriormente, encontrar situaciones estresantes tiene un gran efecto en tu mente y cuerpo. La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) recomienda estos «tapones para el estrés» para diferentes situaciones.

– Cuenta hasta 10 antes de hablar.

– Respira profundamente de tres a cinco veces.

– Aléjate de la situación estresante y resuélvela más tarde.

– Vete a dar un paseo.

– No tengas miedo de decir «lo siento» si cometiste un error.

– Pon tu reloj de cinco a 10 minutos por adelantado para evitar el estrés de llegar tarde.

– Divide los problemas grandes en partes más pequeñas. Por ejemplo, contesta una carta de una llamada telefónica por día, en lugar de tener que lidiar con todo a la vez.

– Conduce en el carril lento o evita las carreteras concurridas para ayudarte a mantener la calma mientras conduces.

– Huele una rosa, abraza a un ser querido o sonríe a tu vecino.

– Considera la meditación o la oración para romper un ciclo negativo.

6. DIÁLOGO INTERNO POSITIVO

Todos hablamos con nosotros mismos a lo largo del día. La mayor parte de esta charla es interna y variará de acuerdo con la situación encontrada. La reacción predeterminada cuando nos encontramos con una situación, tarea o evento difícil a veces conduce a una autocomunicación negativa. Esta autocomunicación negativa sólo sirve para aumentar el estrés y dificulta la resolución del problema.

En su lugar, practica el uso del diálogo personal positivo para calmar y controlar el estrés. Aquí hay algunos ejemplos:

«No puedo hacer esto…» se convierte en «lo haré lo mejor que pueda«.

«Odio cuando esto sucede…» se convierte en «Puedo manejar esto fácilmente; sólo necesito pensar…»

«Nada va bien hoy…» se convierte en «Voy a ir paso a paso…»

Lo importante que hay que recordar es practicar esta transición. Es probable que puedas esperar cierta resistencia interna a un cambio de mentalidad, pero verás un cambio positivo si perseveras.

7. DAR UN PASO A LA VEZ

Cuando estaba en la escuela de postgrado estudiando para mi carrera, a menudo me sentía abrumado por la cantidad de trabajo que tenía que hacer. Cuando un trabajo de investigación estaba completo, había otro a la vuelta de la esquina. Luego un examen… luego un proyecto en grupo… y así sucesivamente. Pero el enfoque no estaba en el siguiente trabajo o examen, sino en terminar todo.

Fue una época tremendamente estresante y un asesor me ofreció algunos consejos: «Recuerda este refrán cursi: ‘¿Cómo termina una carrera un corredor de maratón? Haciendo de kilómetro en kilómetro’.» Los corredores de maratón están en tremenda forma, practican todo el año y tienen una autodisciplina tremenda. Aún así, un corredor de maratón puede experimentar dolores insoportables y dificultades para terminar una carrera de 42 kilómetros.

A veces necesitamos un pequeño cambio de mentalidad. Con demasiada frecuencia, cuando nos enfrentamos a una tarea difícil, pensamos en la meta en lugar de enfrentarnos a un obstáculo a la vez. Es mucho más fácil reducir nuestro enfoque, completar una tarea y luego abordar la siguiente.

8. SOLICITUD DE AYUDA

Con todos los consejos y sugerencias sobre cómo lidiar con situaciones estresantes, éste puede ser el más importante. Dependiendo de la escala y longevidad del estrés encontrado, puede ser necesario pedir ayuda.

Es importante entender que no hay vergüenza en pedir ayuda. Por favor, no permitas que el orgullo, el desánimo o la terquedad te disuadan de buscar ayuda, de cualquier tipo, cuando sea necesario. Hay personas que te quieren y te cuidan incondicionalmente, y están ahí para ti sin importar la situación.

A tus amigos y seres queridos no les importa cuál es el problema ni su magnitud; todo lo que les importa es ayudarte a superarlo. A veces, necesitamos permitir que las buenas personas en nuestra vida demuestren cuánto se preocupan por nosotros.

Fotografía: Matteo Vistocco

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