Todos los días tomas decisiones, grandes y pequeñas, que afectan a tu bienestar. Algunas de las pequeñas parecen, bueno, pequeñas, pero aún así causan impacto. A continuación, se incluyen algunos hábitos comunes que podrían estar dañando tu salud mental más de lo que usted cree.
1. Llevar una dieta deficiente
El campo de la psicología nutricional está revelando los efectos de la alimentación en nuestro bienestar psicológico. Por ejemplo, comer mucha comida procesada (como galletas, patatas fritas, pan, etc.) aumenta sustancialmente el riesgo de depresión.
Por lo tanto, si vives con depresión, puedes encontrar algún alivio simplemente mejorando tu dieta. Las recomendaciones típicamente incluyen comer más vegetales, frutas, frutos secos, granos enteros, pescado, grasas saludables como el aceite de oliva y otros alimentos mínimamente procesados (es decir, seguir la «dieta mediterránea»).
Prueba esto: Como punto de partida, elija una comida diaria para un cambio de imagen saludable. Por lo tanto, tal vez sea cambiar su cereal azucarado por un desayuno más saludable, como huevos revueltos con espinacas o avena cubiertos con nueces y bayas frescas.
2. Estar inactivo
Nuestros cuerpos prosperan cuando los movemos a lo largo del día, pero cuando somos adultos a menudo pasamos días enteros sentados: en las comidas, en el trabajo, frente al televisor. Pero cuanto más inactivo estés, más probable es que experimentes ansiedad, depresión, dolores crónicos y otros efectos negativos.
Prueba esto: Encuentra una actividad de movimiento divertida para comenzar a hacerla una vez por semana, como jugar al tenis o caminar con un amigo.
3. Permanecer dentro todo el tiempo
Así como es fácil sentarse todo el tiempo, también podemos pasar días enteros sin poner un pie en el exterior. Pero estar al aire libre -especialmente en ambientes naturales como los parques- está relacionado con mejoras en la salud mental. También puede ser una manera efectiva de calmar tu sistema nervioso y de disfrutar socializando con las personas con las que te encuentras.
Prueba esto: Sal a caminar un poco después del almuerzo. Concéntrate en la experiencia mientras observas las vistas y los olores y sientes que tu cuerpo se mueve.
4. Vivir en un estado de estrés constante
Alguna cantidad de estrés es una parte inevitable de estar vivo, y no es necesariamente es malo. Pero el estrés crónico, como las preocupaciones económicas continuas o los conflictos repetidos en las relaciones, pueden afectar a tu cuerpo y tu mente. Con el tiempo, no sólo te volverás más irritable, sino que también tendrás más probabilidades de experimentar afecciones como ansiedad y depresión.
Prueba esto: Pasa unos minutos al final del día descomprimiéndote a través de la relajación muscular progresiva o la meditación.
5. Estar atado al teléfono
Muchas cosas requieren que pasemos tiempo frente a las pantallas: el trabajo, las reservas de un hotel, las compras por Internet, y la lista continuaría. Y por supuesto, además hay otras infinitas razones para que estemos con nuestros teléfonos: enviando mensajes de texto, revisando las redes sociales, jugando, leyendo noticias…
¿Cuál es el coste de un tiempo de pantalla constante? El agotamiento, los conflictos en las relaciones y los problemas de sueño, por nombrar sólo algunos. Un mayor uso de las redes sociales está ligado a una menor satisfacción con la vida a lo largo del tiempo.
Prueba esto: Sal a caminar con alguien y deja tu teléfono en casa.
Para mantenerse bien mental y emocionalmente, hay que estar en sintonía con lo que se necesita. Pregúntate qué necesitas hoy: ¿Qué le daría energía a tu cuerpo? ¿Qué te refrescaría la mente? ¿Qué alimentaría tu espíritu?
Artículo original por Seth J. Gillihan. Psicólogo y profesor clínico asistente de psicología en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania.