Internet es un invento maravilloso. Los ordenadores, los smartphones, las redes inalámbricas (WiFi) y las redes sociales nos permiten conectarnos entre nosotros de maneras que nunca antes habíamos podido.
Pero a medida que nuestras vidas se han ido saturando con el tiempo frente a las pantallas, las desventajas de tener tecnología en todas partes son más evidentes. Es fácil engancharse a nuestras pantallas, lo que conduce a comportamientos peligrosos como enviar mensajes mientras se conduce. Si has tenido un ser querido que está constantemente con su teléfono, sabrá que las intrusiones tecnológicas se cobran un peaje en las relaciones. Sin embargo, es posible que nosotros mismos nos comportemos de la misma manera, por que la atracción de nuestro teléfono es muy poderosa.
Los investigadores han investigado los riesgos potenciales del uso de la tecnología en Internet; algunos de los hallazgos clave incluyen:
- El mayor uso de Facebook está relacionado con la disminución de la felicidad y la satisfacción en la vida.
- Más tecnología en el dormitorio está ligada a un peor sueño.
- El mayor uso de teléfonos inteligentes en el hogar conduce a un mayor conflicto entre el trabajo y el hogar.
- El agotamiento es más probable cuanto más tiempo pasamos en nuestros teléfonos y ordenadores.
- Ver a otros como más exitosos o más felices en sus post en las redes sociales conduce a una disminución de la autoestima y a una mayor ansiedad.
Las aplicaciones de redes sociales en particular pueden ser adictivas porque están diseñadas para atraernos. Por ejemplo, cada vez que publicas algo, existe la posibilidad de que obtengas respuestas positivas, que son gratificantes para el cerebro. Pero la recompensa está en un horario intermitente, lo que significa que no sabes cuándo llegará. Puede que hayas comprobado tu teléfono, pero quizás en los últimos 60 segundos alguien te ha dado un «me gusta» o ha comentado tu post, y por eso vuelves a comprobarlo.
Considera tu propia relación con la tecnología y las redes sociales en particular. ¿Cómo te sientes cuando lo usas? ¿Es algo que te da vida? ¿O interfiere en el resto de tu vida?
Si desea aumentar el tiempo que dedicas a la vida real, considera las siguientes estrategias, adaptadas del libro: Terapia cognitivo-conductual simplificada.
- Designa diariamente zonas libres de tecnología, como los horarios de las comidas.
- Desactiva las notificaciones para que tu teléfono no llame tu atención.
- Minimiza el número de aplicaciones que utilizas, ya que cada una te da más razones para estar en tu teléfono.
- Activa la función «No molestar» de tu teléfono cuando necesites una pausa tecnológica.
- Deja tu teléfono en casa a veces.
- Desinstala las redes sociales de tu teléfono inteligente para que estén menos disponibles.
- (Asegúrate de estar sentado para esta.) Cambia tu smartphone por un teléfono móvil tradicional. Sé que es una opción extrema, pero personalmente me pareció liberadora cuando lo hice durante tres años.
Es fácil sentirse como si «todo un mundo nos esperara» en Internet, y sin embargo la escena nunca cambia realmente cuando estamos pegados a una pantalla. En vez de eso, busca oportunidades hoy para alzar tus ojos a la vida que te rodea.
Artículo original por Seth J. Gillihan. Psicólogo y profesor clínico asistente de psicología en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania.