Finalmente identificado por la figura más conocida de la psicología y padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, en 1893, el subconsciente es el socio silencioso que pesa en cada uno de nuestros actos, pensamientos o creencias. Freud pensó que era un depósito de recuerdos reprimidos o ideas o deseos socialmente indeseables y que no podía ser controlado o conocido.
Desde entonces, los hermanos académicos serios de Freud han seguido etiquetando, definiendo e incorporando el subconsciente en sus teorías, cambiando su comprensión oficial y científica. Sin embargo, aparte de sus debates, es importante que observemos que todos están de acuerdo en que la mente consciente -el pensamiento crítico y racional del que somos conscientes- es sólo una fracción de lo que ocurre en nuestras mentes. Más que eso, ni siquiera es la parte dominante.
Esto ha llevado a muchas personas a creer que el cerebro humano tiene posibilidades extraordinarias que aún no somos capaces de aprovechar. El cerebro, y posteriormente la mente, ha sido retratado como un iceberg. Aunque la parte superior es grande, es sólo una fracción de todo el iceberg. La neurociencia ha asumido la tarea de estudiar la materia desde un punto de vista biológico. Sin embargo, el subconsciente inalcanzable e incognoscible, que condiciona en gran medida nuestro comportamiento, puede ser entrenado y nuestro poder mental aprovechado.
El poder de la mente – Cómo entrenar tu mente subconsciente para lograr lo imposible
Estímulos y éxito
Si, por definición, los esfuerzos conscientes no pueden proporcionar paso al subconsciente, los estímulos subliminales sí pueden. Al pasar por debajo de nuestro nivel de percepción consciente, que sólo puede traducirlos en destellos sin sentido sin procesarlos completamente, estos mensajes activan áreas específicas del cerebro. Los estímulos que llegan a nuestro subconsciente tienen un gran potencial de estimulación de la acción, lo que significa que pueden hacer que hagamos cosas incluso sin darnos cuenta.
Si bien esto suena peligroso, cuando lo hacemos nosotros mismos sólo puede tener efectos beneficiosos. El subconsciente puede así transformarse en una poderosa herramienta de dirección que puede ser puesta al servicio de nuestras propias metas. Lo que una vez fue una hazaña imposible que requirió esfuerzos más allá de nuestra capacidad puede ser superada a través del poder mental y la estimulación adecuada.
Métodos para canalizar el poder de la mente
Hemos demostrado que el subconsciente es una realidad, conocida tanto por el ámbito científico como por todos y cada uno de nosotros personalmente, y que puede ser utilizada para mejorar nuestras vidas. Mientras que los estímulos externos constituyen una forma de provocar una respuesta en el subconsciente, otras formas no son tan invasivas.
1. Meditar
La meditación, además de ser saludable para la mente y el cuerpo, es una de las primeras maneras de intentarlo al entrar en tu subconsciente. Poniendo una máquina de resonancia magnética mientras se está meditando se ha demostrado que los monjes budistas, que han dominado el arte durante décadas de la práctica de la meditación, se ha mostrado una activación cerebral extrema. Uno de los cambios más visibles se refería a la neuroplasticidad, o a la capacidad del cerebro para alterar su estructura y funcionamiento de acuerdo con las nuevas experiencias. Esto significa una reorganización virtual de las conexiones neuronales del cerebro.
Además, el mismo estudio mostró que la mediación puede expandir la capacidad de felicidad, aumentar la empatía y conducir hacia el logro de un estado de unidad. Los cambios extraordinarios en el cerebro implican cambios en los reinos conscientes e inconscientes del pensamiento. Un ejemplo es la capacidad de los monjes para utilizar la red extrínseca (o orientada hacia el exterior) de su cerebro junto con su red intrínseca (que se ocupa de la autorreflexión y las emociones). La meditación es sin duda una puerta de entrada al poder mental necesario para vivir una vida feliz y pacífica, y un paso hacia el logro de lo imposible. Si la ciencia moderna lo está descubriendo, los monjes budistas lo han sabido desde hace miles de años.
2. Usa las herramientas
Aunque el subconsciente no se comunica directamente con nosotros, se puede hacer que responda a ciertos estímulos. La autosugestión y las afirmaciones son buenas maneras de hacer esto. Mientras que el primero requiere repetición y condicionamiento, el segundo trabaja a través del pensamiento positivo. El pensamiento positivo es mucho más simple y por lo tanto accesible a cualquier persona en cualquier momento. Para hacerlo más fácil, puede comenzar con su forma negativa – la ausencia de preocupación y negatividad constantes.
El hecho es que nadie puede mirar lo bueno de todo, todo el tiempo. Freud probablemente llamaría a esto psicosis. En su lugar, trata de no caer en el pozo de los pensamientos depresivos. No pienses en los momentos tristes del pasado. Lentamente pero con seguridad, comenzarás a sentirte mejor acerca de ti mismo y de tu vida como un todo. Aumentar tu autoestima y felicidad es una de las mejores ventajas de aprovechar el poder de tu mente. Es otro paso hacia el logro de lo imposible.
3. Educar a tu subconsciente
Las personas evolucionan y maduran a través de las lecciones de la vida. Aunque no seamos conscientes de los valores que nuestros padres nos inculcaron, el subconsciente sí lo es. Almacenar la pasión, el dolor, el sufrimiento, la alegría, los celos o incluso el odio condicionan nuestro comportamiento. También condiciona la forma en que nos relacionamos con los demás o pensamos en ciertos temas. Los sentimientos son acumulados y reprimidos. Pueden ser traducidas por el subconsciente en miedos irracionales, momentos de depresión o en acciones agresivas explicables cuando se enfrentan a ciertos desencadenantes.
Aparte de impedir que alcancen su verdadero potencial, estos arrebatos también dañan tus relaciones y tu estado de ánimo. Para deshacerte de ellos, debes explicarlos. Por ejemplo, el miedo a la oscuridad puede mantenerse hasta bien entrada la edad adulta si está relacionado con una experiencia traumática de la niñez. De manera similar, ciertas palabras pueden estar subconscientemente conectadas a un amor perdido, arrojándote en una espiral descendente de tristeza.
Si no puedes afrontar el peso de tu subconsciente solo, siempre es recomendable la ayuda profesional. Una vez explicadas, estas experiencias que vivieron en tu subconsciente pierden su poder. En su lugar, fija metas, emociones y creencias que sean beneficiosas para ti como persona. La inspiración necesaria para cambiar tu perspectiva en la vida se puede encontrar casi en cualquier lugar. Mientras tanto, las fuerzas que antes te mantenían abajo pueden ser reorientadas para ayudarte.
Una especie soñadora
Nosotros, como especie, hemos dejado atrás los cuerpos poderosos y resistentes que se necesitaban para sobrevivir a las duras condiciones externas. Incluso entonces, el hombre no era la criatura más rápida ni la más fuerte del mundo. Sobrevivimos a través de la creatividad y la comunidad, tanto en cuerpo como en espíritu.
Además, soñábamos con ser los más rápidos y poder llegar a las nubes, y así lo hicimos. Soñábamos que nuestra voluntad podía dar forma a los continentes, alterar el curso de los ríos, derrotar montañas y aplanar colinas. El historial de poder mental humano es impresionante. Lo que antes era imposible, lo hicimos posible. Ahora que somos maestros y creadores de nuestro propio entorno, los retos de nuestro mundo exterior se pueden afrontar mejor abordando primero los que plantea nuestra propia mente. A través de la meditación, el pensamiento positivo, la autosugestión y una comprensión más profunda de nosotros mismos, podemos entrar en nuestro subconsciente. Una vez explicados y domados, los demonios que nos persiguen pueden convertirse en herramientas poderosas que moldean nuestro comportamiento para mejor.