Hay algo relajante en la comodidad de estar con una pareja romántica durante mucho tiempo. Después de la fase inicial de luna de miel, una pareja comienza a descubrir intereses similares, a compartir nuevas bromas y a aprender lo que le hace feliz al otro.
Desarrollar una relación a largo plazo – y el vínculo emocional que conlleva – puede hacer que la vida sexual de la pareja se sienta más satisfactoria también. Sin embargo, a medida que la naturaleza del comportamiento en la habitación de una pareja cambia, a menudo la frecuencia también lo hace. Algunas parejas que han sido monógamas por un tiempo pueden sentirse inseguras si son menos activas sexualmente de lo que eran al principio de la relación.
Incluso si esperan que la actividad de su dormitorio disminuya, se preocupan de si mantendrán relaciones sexuales tan a menudo como otras parejas felices. Aunque hay datos que muestran la frecuencia promedio de las relaciones sexuales entre adultos, los expertos sugieren que una vida sexual exitosa es algo más que compararla con lo que están haciendo otras parejas.
El «número mágico»
Aunque esto no responde a la pregunta de cuántas personas deberían intimar físicamente, un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior es la evidencia más reciente y completa que tenemos de cuánta gente mantiene relaciones sexuales en estos días.
Este estudio, titulado «Declines in Sexual Frequency among American Adults, 1989-2014» (Disminución de la frecuencia sexual entre los adultos estadounidenses, 1989-2014), recolectó datos de más de 26,000 adultos de alrededor de 20 años de edad a más de 60 años de edad. El estudio observó la actividad sexual en personas en los EE. UU. con diferentes edades, origen étnico, género, orientación sexual, antecedentes educativos y más, además de anotar si los adultos eran solteros o tenían relaciones sexuales con una sola pareja con regularidad.
Los investigadores encontraron que los adultos estadounidenses tenían relaciones sexuales 54 veces al año, con un promedio de una vez a la semana. Los adultos de 20 años de edad tienen relaciones sexuales alrededor de 80 veces al año en promedio, sin embargo, los adultos nacidos en la década de 1990 tienen menos relaciones sexuales que las personas de generaciones mayores cuando tenían 20 años de edad.
Más no siempre es mejor
El hecho de que una pareja sea más activa sexualmente no significa necesariamente que sea más feliz. Una revisión publicada en la revista Social Psychological and Personality Science realizó tres estudios separados de participantes con diferentes estados de relación y encontró un resultado similar. Para las personas que tienen relaciones, los investigadores encontraron que tener sexo más de una vez a la semana no aumentaba el «bienestar» de las parejas.
Pero si una pareja se siente cómoda con una rutina sexual que es menos frecuente que una vez a la semana, los expertos recomiendan permanecer con lo que se siente bien. Otro estudio en el Journal of Economic Behavior & Organization estudió a las parejas sexualmente activas y asignó aleatoriamente la mitad para duplicar la frecuencia de sus relaciones sexuales. Encontraron que el aumento de la frecuencia no conducía a un aumento de la felicidad. Especularon que esto se debía a que forzarlo a que ocurriera con más frecuencia llevaba a una disminución en la anticipación y el disfrute del sexo.
Aunque los investigadores señalaromn que podría haber evidencia que sugiere una correlación positiva entre la frecuencia sexual y la felicidad, aumentarla por el bien de alcanzar un «número mágico» podría ser realmente perjudicial.
El truco
La actividad sexual no sólo está determinada por la atracción de la pareja el uno hacia el otro. La experta sexual y psicóloga Sarah Hunter Murray, señala que la razón por la que una pareja no está teniendo sexo es más reveladora que el número de veces que lo tiene. Dice que si una pareja se está peleando o desenamorando el uno del otro, el no tener relaciones sexuales podría ser un síntoma de un problema mucho mayor. Sin embargo, la fatiga, la mala salud, el estrés, los diferentes horarios de trabajo o la paternidad pueden afectar al «estado de ánimo» de una persona.
La Sociedad Internacional de Medicina Sexual dice que cada pareja es diferente. De acuerdo con su sitio web, enfocarse en lo que funciona mejor para cada pareja y desarrollar un fuerte vínculo emocional es más importante que los números, los objetivos, o lo que sea que otras parejas estén haciendo.