La gente puede decir que soy una solitaria. Soy la mujer que se puede ver sentada sola en una cafetería, leyendo un libro y tomando café. Mis citas son conmigo misma. Eso es lo que soy. No me avergüenza sentarme en un buen restaurante y comer sola. Yo soy la que no se siente rara yendo sola a los conciertos y no sólo no me siento incómoda, sino que también canto con el corazón abierto y me divierto mucho.
Hay un sentimiento de liberación y felicidad intensa dentro de mí cada vez que hago algo por mí misma y disfruto de mi propia compañía.
No me malinterpretes. También disfruto de la compañía de otras personas. Pero, hay personas que no se dan cuenta de lo maravilloso que es ser su propia cita de vez en cuando. Piensan que si hacen las cosas solos, otras personas los juzgarán y pensarán que son antisociales o (¡Dios no lo quiera!) locos.
No los culpo. Yo era como ellos en un momento de mi vida. Siempre sentí la necesidad de pedirle a un amigo que me acompañara a donde fuera porque me daba vergüenza ir sola. Si se negaban a ir conmigo, yo tampoco iba.
Afortunadamente, me di cuenta de que este miedo era lo que me impedía comprender y disfrutar verdaderamente de la vida. Finalmente estoy en la etapa de mi vida en la que no dejaré que nadie ni nada me detenga o me impida hacer lo que es mejor para mí.
Una vez que cambié esta mentalidad y empecé a vivir mi vida sin importar si tenía compañía o no, encontré mi verdadero significado y un estimulante sentido de libertad para hacer lo que quisiera hacer.
Creo firmemente que no hay mejor sentimiento en el mundo que disfrutar de tu propia compañía.
Cuando empecé a hacer las cosas sola, me convertí en mi mejor amiga. Me convertí en una mujer que quiere divertirse y se divierte mucho haciendo las cosas sola. Y eso es normal para mí. Es lo que soy ahora.
Porque la verdad es que no todos querrán hacer las cosas que tú quieres hacer o ir a los lugares a los que quieres ir. Y eso está bien. Lo que no está bien es que te abstengas de hacerlas de todos modos. No está bien que te detengas de hacer lo que quieres sólo porque no tienes compañía.
En vez de eso, sé tu propia compañía. Agarra tu vida por los cuernos. Es tu vida, y sólo tienes una. Así que, ¡hazlo lo mejor que puedas!
Te garantizo que cuando decidas vivir tu vida de acuerdo a tus propias reglas y aventurarte en este hermoso mundo sola, tendrás algunas de las experiencias extraordinarias más asombrosas que cambiarán tu vida.
Todos tus sentidos se intensificarán y empezarás a ver y apreciar la belleza que está en todas partes a tu alrededor. De repente, el sol brillará más, la música sonará mejor, la gente a tu alrededor te parecerá más feliz y más positiva. Comenzarás a darte cuenta de las pequeñas cosas y esto dará calidez tu corazón.
Sal contigo misma. Te dará poder. Te liberará. ¡Y te sentirás más feliz que nunca!