Marie Kondo ha despertado una gran locura con su nuevo programa de Netflix Tidying Up. Y lo admito, me he contagiado. Recientemente sentí una inesperada sensación de emoción al hablar con mi esposa acerca de todo el orden que necesitábamos hacer, y luego pasé un par de horas poniéndome a trabajar en mi armario. Los resultados fueron profundamente satisfactorios, incluyendo un amplio espacio para mi mochila, que antes vivía en un rincón del suelo del comedor.
Como psicólogo, he estado interesado durante mucho tiempo en cómo nuestro espacio vital afecta a nuestra salud mental. ¿Por qué el desorden es tan angustioso? ¿Y por qué las superficies claras son tan agradables, no sólo estéticamente, sino también emocionalmente? Una mejor organización parece tener los siguientes beneficios en nuestro bienestar:
- Demuestra que nos preocupamos por nosotros mismos. Cada vez que abro mi armario recién ordenado y limpiado, siento como si alguien me hubiera hecho un regalo. Incluso cuando somos nosotros los que hemos hecho algo bueno por nosotros mismos, podemos darnos la sensación de que vale la pena cuidarnos.
- Ofrece una sensación de satisfacción. Incluso si tu desorden está en los armarios y cajones, sabes que está ahí, y puedes sentir como una acusación continua de tu insuficiencia. Cuando cuidamos nuestro espacio, nos da una sensación de logro, que nuestros cerebros encuentran tremendamente gratificante. Así que cada vez que abres el cajón de la cocina, por ejemplo, puedes darte palmaditas en la espalda en lugar de criticarte a ti mismo.
- Facilita la limpieza. Cuando los libros y los papeles se apilan en las mesitas de noche o los mostradores de la cocina están desordenados, es difícil hacer un trabajo satisfactorio de limpieza. ¿Y quién sabe qué hay al acecho en esos montones y detrás del lío?
- Fomenta el pensamiento claro. El desorden llena nuestros campos visuales y da a nuestros cerebros un sinfín de estímulos para procesar. Como resultado, es más difícil concentrarse en las tareas, ya que hay más cosas que llaman nuestra atención. En contraste, los espacios ordenados permiten que nuestros cerebros se relajen, aumentando nuestro espacio mental y concentración.
- Mejora la eficiencia. Cuantas más cosas tengamos y estén menos organizadas, más difícil será encontrar lo que necesitamos. Por ejemplo, tengo pilas en tres o cuatro lugares y nunca sé dónde buscar el tamaño adecuado o cuándo necesito comprar más (me pondré a organizarlas tan pronto como termine este post). El tiempo que invertimos en la organización vale la pena para ahorrar tiempo y energía en el futuro.
- Disminuye la frustración. Gran parte del estrés que experimentamos proviene de las molestias diarias: un abrelatas que no funciona, una cinta métrica que falta, un cajón lleno de basura. A menudo subestimamos el efecto que estas molestias aparentemente pequeñas tienen sobre nuestro bienestar; por ejemplo, algo tan pequeño como una cuchara de medición mal colocada puede afectar si terminamos discutiendo con nuestra pareja. Por lo tanto, una casa bien organizada puede tener efectos de gran alcance en nuestro estado de ánimo, felicidad e incluso en nuestras relaciones.
- Puede catalizar nuevos cambios. Hacer cambios en nuestro espacio vital nos da el impulso que podemos llevar a otras áreas de nuestra vida. Por ejemplo, podríamos usar nuestro escritorio recién limpiado para iniciar la búsqueda de trabajo que hemos querido hacer, o usar una cocina bien organizada para empezar a preparar comidas más saludables. Déjate sorprender por lo que el orden te puede llevar.
Ahora, es el momento de organizar esas pilas…