Las relaciones pueden ser tan confusas como gratificantes. En un minuto, todo es tan brillante y colorido como una película de Wes Anderson y al minuto siguiente, no puedes dejar de discutir por la más mínima de las cosas. Esto puede ser frustrante, haciendo que te preguntes por qué tú y tu pareja os peleáis tanto si supuestamente estáis enamorados.
Esta línea de pensamiento puede llevarnos a un agujero oscuro, ya que suprimir los pensamientos negativos puede conducir a una acumulación de resentimiento y a una posible explosión de emociones en el camino. Pero no te preocupes, porque pelear no es tan malo para tu relación como piensas. De acuerdo con un estudio realizado por el autor de best-sellers del New York Times, Joseph Grenny, las parejas que discuten tienden a ser 10 veces más propensas a permanecer juntas que las que nunca lo hacen.
Grenny encontró que esto se debía a la calidad de las discusiones, no a la cantidad. Las parejas que discutían con éxito, o con buenas habilidades de comunicación, eran más propensas a permanecer juntas que aquellas que discutían sin éxito. ¿Quieres saber cómo tu estilo de lucha está afectando tu relación? Aquí hay cinco preguntas que puedes hacerte para determinar si tú y tu pareja estáis resolviendo los conflictos adecuadamente o no.
¿Peleáis de forma limpia?
Es fácil dejar que tu ira saque lo peor de ti y decir cosas que no quieres decir en una pelea. Pero si quieres preservar tu relación, tienes que averiguar cómo discutir de una manera respetuosa. El uso de frases como «Yo», «Me siento molesto» o «Me siento como si no me estuvieran escuchando», te permite evitar atacar el carácter de tu pareja, lo cual no es saludable para la relación. Criticar a alguien por lo que es o insultarlo durante las peleas es la manera más rápida de disolver una relación.
¿Terminas lo que empiezas?
Comenzar una pelea no es la parte difícil; terminarla sí lo es. La manera en que te reconcilias con tu pareja es otro componente importante para saber si estáis discutiendo adecuadamente o no. ¿Sientes como si hubieras escuchado después de una pelea? ¿Te ha escuchado tu pareja? ¿Se han realizado modificaciones? ¿O hay un resentimiento persistente? Si se trata de esto último, es probable que veas reaparecer el problema en futuras peleas, lo que hará que tú y tu pareja volváis a hablar de temas antiguos o que volváis a abrir constantemente las heridas del pasado. Esta es otra forma en que pelear en una relación puede volverse insalubre.
¿Estás siendo honesto?
Una de las claves más importantes para una comunicación adecuada es la honestidad. Si tú o tu pareja no podéis ser honestos el uno con el otro, no podréis discutir de una manera saludable. Para facilitar un ambiente donde tanto tú como tu pareja sintáis que podéis ser abiertos sobre vuestros sentimientos, trata de evitar cualquier declaración acusatoria o de juicio. Si estás preocupado por los hábitos de tu pareja, enmarque su preocupación como una opinión en lugar de una declaración de verdad.
¿Estás siendo respetuoso?
Cuando estás molesto, es difícil pensar en otra cosa que no sea el problema actual. Esto incluye los rasgos positivos de tu pareja, que puedes perder de vista temporalmente cuando estsá enfadada con ella. Una buena manera de tener una lucha saludable es empezar afirmando las cualidades positivas de tu pareja antes de sumergirte en los puntos negativos. Es importante que mantengas tu respeto por tu pareja como un individuo razonable cuando discutas si quieres que tu relación dure.
¿Te sientes amenazado?
Las peleas pueden ser intensas, pero nunca deben ser tan intensas que te sientas amenazada física, emocional o psicológicamente. Tú y tu pareja siempre debéis sentiros seguros durante una discusión. Si tus peleas se convierten en abuso físico o emocional, o si no puedes evitar sentir que las cosas se han pasado de la raya, debes hablar con alguien en quien confíes inmediatamente. Ya sea un terapeuta, un amigo o un miembro de la familia, tener a otra persona para que te ayude a abordar o entender el problema será mejor para ti a largo plazo.