Odias esa sensación de tensión entre tú y tu pareja. Tal vez discutís, o tal vez te cierres, creando una división silenciosa. Por supuesto, todas las parejas experimentan esto a veces. Pero recientemente, las cosas han empeorado… o, tal vez, hayan estado mal durante un tiempo, y ahora mismo lo estás reconociendo. Pero entonces, ¿ahora qué?
El paso más importante para resolver los problemas de relación es reconocerlos y obtener cierta perspectiva antes de tratar de resolverlos. La idea es que si puedes evitar tu manera emocional de ver las cosas y ver los asuntos de forma más objetiva, pero a la vez de forma cuidadosa, podrás desarrollar un camino hacia una conexión más saludable y más feliz.
Como parte de la terapia de pareja, a menudo guío a las parejas a hacer esto haciendo cuatro preguntas. Les pido que respondan a las preguntas en casa sin hablar entre ellos. Luego les pido que compartan sus respuestas entre ellos y conmigo. A medida que hablamos de las respuestas, obtengo una mejor comprensión de sus luchas y de la relación que preferirían tener.
Podéis intentar este ejercicio en vuestra casa animando a tu pareja para que responda a estas mismas preguntas. No compartáis vuestras respuestas hasta que hayáis completado todas las preguntas. Para ese momento, escoged un momento tranquilo para hablar sobre vuestras respuestas, tratando realmente de entender los pensamientos, sentimientos y perspectivas del otro.
1. ¿Qué está pasando ahora en tu relación que sea un problema? Aunque puede haber diferencias entre vosotros que causen cierta tensión, también podríais estar aceptando verdaderamente esas diferencias. Al responder a esta pregunta, explica no sólo las áreas de diferencia, sino también las diferencias que tú crees que no son aceptables. Esto es algo que puede cambiar con el tiempo. Por ejemplo, Steven siempre ha estado de acuerdo con que es más extrovertido que Hannah. Incluso pensó que eran un buen equilibrio para el otro. Sin embargo, ella cada vez se aísla más y quiere que él también se quede en casa. Ahora él está resentido por esto.
2. ¿Cómo te ha afectado esto? Aborda cómo te ha hecho sentir, cómo te ha afectado tu forma de pensar sobre ti y tu pareja, y cómo te has comportado. Por ejemplo, podrías estar tan frustrado que a menudo te enfadas fácilmente con tu pareja.
3. ¿Cómo habéis contribuido cada uno de vosotros al problema? Esta pregunta tiene dos partes.
a) ¿Cuál es tu contribución?
b) ¿Cuál es la contribución de tu pareja? Aborda comportamientos específicos, no el carácter de tu pareja. Si dices que odias cuando tu pareja deja su ropa por todas partes, hay una solución posible y positiva: que él la guarde. Por el contrario, si dices que es un vago indiferente, es una declaración de quién es como persona, y tiende a cerrar cualquier conversación posterior.
4. ¿Qué has hecho para tratar de corregir el problema? Y, ¿de qué manera ha tenido éxito alguno de tus intentos?
5. ¿Cómo sabrás cuándo tu relación se ha convertido en la que quieres? Por ejemplo: ¿Qué haréis cada uno de vosotros de manera diferente? ¿De qué manera será diferente la relación?
Mientras discutís estas preguntas, la manera en que habláis entre vosotros es importante. Además, si las tensiones se han elevado a un nivel en el que no se puede tener una conversación positiva o estar abierto a la experiencia del otro, se podría considerar la posibilidad de ver a un terapeuta de pareja. Pero comunicarse abiertamente, honestamente y con un verdadero deseo de mejorar la relación, responder a estas preguntas puede ayudar a que os encaminéis un futuro mejor juntos.
Artículo original por Leslie Becker-Phelps. Psicóloga.