Muchas personas han tratado de abandonar los hábitos negativos con poco o ningún éxito. Ya sea fumando, comiendo compulsivamente, o incluso perdiendo un tiempo precioso hojeando sin pensar aplicaciones de Redes Sociales, los hábitos no son un juego de niños.
Los hábitos son el producto de nuestros cerebros, y luchar contra ellos es extremadamente difícil, ya que los procesos que representan son uno de los procesos de aprendizaje más conservados y evolutivos conocidos por la ciencia. Los hábitos de ruptura son el resultado de un cambio en las vías neurales del cerebro.
Es cierto que formar un patrón es más fácil que cambiarlo, así que en lugar de forzarte a cambiar algo que ya has aprendido, la mejor manera de romper el hábito es formar un nuevo patrón, basado en el ya existente.
Entonces, ¿cómo crear un nuevo patrón en lugar del que tanto prevalece en nuestro funcionamiento diario?
Aquí hay 9 pasos fáciles que puedes practicar todos los días.
1. Reconoce y pon tu mente en ello
El primer paso para resolver cualquier problema es admitir que tienes uno. Puede que hayas oído esto hasta ahora, pero ¿eres realmente consciente del hábito negativo? Y lo más importante, ¿cuán dispuesto estás a cambiarlo?
Comienza a analizar el hábito con atención; reconoce cada parte del mismo; acéptalo; establece tu intención.
Cuando estableces tu intención firmemente, empiezas a mover las cosas en la dirección de lograr esa intención. Haz de esa intención tu ambición y sé consciente de todo lo que implica.
2. Analiza el efecto que el hábito tiene en ti
Mientras analiza los elementos que conforman el hábito, concéntrate en cómo ese hábito te afecta. Y no estamos hablando de si ese hábito es saludable o no.
En lugar de eso, fíjate en qué emociones desencadena ese hábito; acepta esas emociones; deja ir esas emociones en el momento en que lleguen. Necesitas ser consciente de todo lo que está sucediendo dentro de ti.
3. Cambia tu enfoque
Los hábitos son el resultado de acciones que parecen ser gratificantes para el cerebro, lo que significa que necesitas empezar a darte a ti mismo nuevas recompensas que sean más beneficiosas para ti.
Aprende por qué ese hábito lo sientes gratificante y trata de encontrar alguna otra actividad que produzca un efecto gratificante similar (o mejor).
¿Fumar te relaja? La próxima vez que sientas la necesidad, ¿por qué no sales a caminar afuera, o tal vez incluso a correr? Te sentirás aún más relajado. ¿O tal vez te sientes mejor después de comer una reconfortante comida azucarada? ¿Por qué no probar las almendras? El triptófano que contienen aumentará tu serotonina.
4. Usa tu imaginación
Cualquier cosa que decidas adoptar como un nuevo hábito analízala en tu mente siempre que puedas. Pienso en ello mientras no estás realizándolo. Fortalecer los pensamientos positivos que se relacionan con ese hábito seguramente aumentará tu entusiasmo y desencadenará un sentimiento positivo en tu cerebro que fortalecerá las nuevas vías neurales.
5. Presta atención a tus pensamientos
Tus pensamientos seguramente harán estallar los viejos hábitos en tu cabeza. Sin embargo, ser consciente de esos pensamientos es un paso muy importante para dejarlos ir. Al igual que en la meditación, concentrarse en una actividad más pacífica (como respirar) es una buena manera de dejar que esos pensamientos pasen y se vayan.
Siempre que surja un pensamiento relacionado con tu viejo hábito, simplemente repítete un «no» o un «cancelar» y déjalo ir.
6. Prueba la terapia de aversión
Este tipo de enfoque no funciona bien para todo el mundo, pero si crees que te va a servir de algo, puedes intentarlo.
¿Recuerdas las imágenes desagradables de los paquetes de cigarrillos? Las ponen ahí para que simplemente te produzcan repulsión. Bueno, ¿por qué no empezar a imaginar el peor escenario para cada uno de tus hábitos negativos?
Como para el caso de los dulces, por ejemplo, repítete a ti mismo que fueron hechos en fábricas, que han sido hechos intencionalmente de esa manera para hacerte adicto a ellos, o que te hacen sentir realmente mal.
7. Elabora un plan específico
Cuando seas consciente de cada aspecto de tu hábito, crea un plan sólido sobre cómo manejar cada situación y qué acciones tomar. Hazlo oficial en tu cabeza y mantén la decisión contigo mismo en todo momento.
Haciéndole saber a tu cerebro que estás trabajando para lograr una meta y que te estás enfocando en cada uno de los aspectos específicos que implica el trabajo, tu cerebro lo reconocerá y trabajará contigo.
8. Cambia tu punto de vista
Mucha gente tiene miedo de los obstáculos que seguramente surgirán en un desafío tan grande. Piensa en la inevitabilidad de los obstáculos como un reto y transforma tu miedo en valor.
Debes ser consciente de que estás saliendo de una zona de confort y que hay un desafío que debes afrontar. Haz una distinción entre las emociones que son causadas por dejar el viejo hábito y las que te inspiran a avanzar y mirar las emociones negativas desde un ángulo diferente.
9. No hagas público tu plan
Se ha demostrado científicamente que revelar tus planes personales arruina públicamente el resultado, especialmente si la gente confía en tu capacidad para lograrlo. Esto se debe a que tu cerebro comienza a asociarte con la imagen que estás tratando de presentar, y pronto dejarás de trabajar para lograr esa imagen (al haberse logrado ya en tu mente).
Por lo tanto, no alardees de ello, ya que realmente no necesitas aprobación para hacer algo que es saludable para ti. En su lugar, concéntrate en hacerlo y dilo a los demás cuando lo haya logrado.
Cualquiera que sea el hábito que estés tratando de romper, debes saber que tienes todo lo que se necesita para tener éxito. Confía más en ti mismo y nunca subestimes tu potencial para cambiar la realidad de acuerdo a tus intenciones y ambiciones.