La dificultad y el sufrimiento son parte de la experiencia humana para todos nosotros, pero la forma en que respondemos a los desafíos de la vida puede variar enormemente. Algunos de nosotros nos recuperamos rápidamente, mientras que a otros nos cuesta más, o incluso nos quedamos atascados, incapaces de seguir adelante.
¿Cómo se explica la diferencia? Gran parte de ello es la resiliencia. La resiliencia es el proceso de adaptarse bien ante las dificultades de la vida.
Aunque algunas personas pueden ser naturalmente más resistentes que otras, hay cosas que puedes hacer para aumentar tu reserva de resiliencia. La investigación muestra que integrar prácticas de psicología positiva puede contribuir a un mayor grado de resiliencia.
Aquí hay algunas cosas que puedes hacer para practicar, y construir, resiliencia a medida que te enfrentas a las tormentas de la vida:
- Comienza un diario de gratitud. Cada noche escribe de 3 a 5 cosas que sucedieron durante el día que te hicieron sentirte agradecido. ¡Las emociones positivas son poderosas y protectoras!
- Sé amable contigo mismo ante las adversidades. No te castigues a ti mismo ni permitas que tu crítico interno se ponga em marcha – en su lugar, practica la autocompasión. Puedes encontrar algunas guías de meditación útiles sobre la autocompasión y la bondad en Internet.
- Recuerda que el sufrimiento es universal: ninguno de nosotros se libra de ello. Si bien es posible que experimentemos la tragedia de manera diferente, todos nosotros nos toparemos de frente con una tormenta de algún tipo a lo largo del camino. Esta perspectiva parece reconfortante porque no importa cuán difíciles se vuelvan las cosas, no estamos solos en nuestro caminar.
- Acércate a los demás en lugar de aislarte. La conexión con otros es protectora y sanadora.
- Busca ayuda. Si te sientes abrumado, ansioso o deprimido, acércate a un familiar o amigo. Si tu ansiedad y/o depresión persiste, comunícate con tu proveedor de atención médica.
Tenemos más control sobre la tormenta de lo que crees. Estas recomendaciones son similares a las de prepararte para una tormenta real: recolectar suministros, observar los informes y alertas meteorológicas, trasladarse a terrenos más elevados o abandonar un área geográfica para evitar el impacto. Cómo nos preparamos y cómo respondemos hace toda la diferencia en el mundo. Considere la cita de Dieter F. Uchtdorf mientras desarrollas tu propio plan de preparación para tormentas:
«Es tu reacción a la adversidad, no la adversidad en sí misma lo que determina cómo se desarrollará la historia de tu vida.«
Artículo original por Saundra Jain. Psicóloga y afiliada clínica adjunta de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Texas en Austin.