El control emocional es lo que muchas personas dan por sentado y puede convertirse fácilmente en un medio para tener un peor estado de bienestar cuando se abusa de él. Los psicólogos sugieren un uso más flexible de los mismos, dependiendo de la situación.
Las emociones son naturales, y no puedes «controlarlas» en el sentido literal. De hecho, no deberías. Sin embargo, ser emocionalmente flexible y dar paso a diferentes reacciones emocionales dependiendo de la situación es lo que los investigadores han encontrado que es la clave para una vida más feliz y mejor equilibrada.
Ser flexible significa que no existe una estrategia «única» que pueda adaptarse a todas las situaciones, y esto significa que debes permitir que tus emociones varíen dependiendo de la situación. Sin embargo, las situaciones que decidas reevaluar determinarán el resultado de tu bienestar emocional.
En un estudio llamado The Wisdom to Know the Difference (La sabiduría para saber la diferencia), los investigadores analizaron en qué situaciones los participantes trataron de usar estrategias de regulación de las emociones y encontraron una diferencia crucial en el enfoque de aquellos con un bienestar relativamente alto y aquellos que carecían del mismo.
Según la hipótesis estrategia-situación-ajuste, las estrategias de regulación de las emociones contribuyen al bienestar de una persona sólo cuando se utilizan en contextos apropiados. En otras palabras, controlar tus emociones en cada situación dada no funciona tan bien como elegir cuándo controlarlas, dependiendo de la situación.
Partiendo de esta hipótesis, el equipo de investigación pidió a los participantes que informaran cómo manejaban sus emociones en diferentes situaciones y cuánto control tenían sobre esas situaciones.
Los resultados mostraron que los participantes que exhibieron un estado de alto bienestar eligieron diferentes enfoques dependiendo de la capacidad de control de la situación.
Para situaciones que no podían controlar, eligieron reevaluar sus emociones y reevaluar la situación. No atarse emocionalmente a situaciones que no se pueden controlar es crucial para entenderlas y aprender algo de ellas.
Sin embargo, no ocurre lo mismo con las situaciones que puedes controlar. Para las situaciones que podían controlar, no utilizaban ninguna estrategia de regulación de las emociones, sino que utilizaban esas emociones como motivador para cambiar la situación.
Como explican los autores, reevaluar situaciones que pueden ser cambiadas directamente socava la función adaptativa de las emociones en la acción motivadora.
En general, es bastante simple.
Cambia tus emociones cuando no puedas cambiar la situación, acepta que no estás a cargo de los eventos que están sucediendo, y entiende el mensaje de esa situación.
No cambies tus emociones cuando puedas cambiar la situación, acepta tu papel en la situación y usa tus emociones para motivarte a cambiar esa situación.