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Deja de regalar tu vida…

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DEJA DE REGALAR TU VIDA…

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Deja de dar tu poder. Empieza a aprovechar tu fuerza.

Deja de dar tu felicidad a otra persona para que la guarde para sí misma. Empieza a ocuparte de tus propias necesidades.

Deja de olvidarte de tu niño interior. Empieza a seguir a los jóvenes que quieren salir a jugar.

Deja de olvidarte de reírte porque esto hace sentir incomodidad a otro. Empieza a disfrutar de este viaje. Deja de intentar contentar a los demás, concéntrate en ti mismo.

Deje de regresar a la fuente de tu dolor pensando que será diferente. Empieza a perdonar, a olvidar y a seguir adelante.

Deja de poner excusas a la persona que amas pero no te respeta. Empieza a ver el valor que tienes, y consigue el respeto que te mereces.

Deja de intentar encajar en lo que no funciona. Empieza a encajar en lo que funciona para ti.

Deja de luchar contra tu ego. Empieza a moverte a través de tu intuición porque si te está molestando no es bueno para ti.

Deja de permitir un comportamiento destructivo. Comienza a fomentar tu propio crecimiento positivo.

Deja de buscar la verdad cuando no hay capacidad de autenticidad de la otra parte. Concédete libertad de ser tú mismo.

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Deja de poner a los demás en la cola, forzándote a ser siempre el último. Empieza a defender el lugar donde sabes que mereces estar.

Deja de prometerle a otra persona cosas que te estresan y te causan ansiedad. Empieza a prometerte las cosas que te hacen sentir bien.

Pon fin a la injusticia de ignorar el respeto por uno mismo para hacer que otra persona se sienta valiosa. Tienes la habilidad de ser lo que quieras en la vida.

Deja de pensar que no eres atractivo. Empieza a amar la belleza de todo lo que eres.

Deja de temerle al miedo. Recuerda que si estás aquí es porque puedes manejarlo.

Deja de ser pisoteado por tu miedo al éxito, sigue adelante y vive tus deseos. No eres responsable del estado de salud mental de otra persona. Estás aquí para dar lo mejor de ti mismo al mundo. Cuando detienes ese flujo, estás deteniendo la fuente del amor. Deja de dar tu vida, porque cuando llegue el momento de tu último aliento tu mayor arrepentimiento será que regalaste la alegría de ser tú mismo. No llegaste a vivir la vida que querías. No aceptaste el valor de tu grandeza. ¡Eres magnífico! Deja de desperdiciar tu energía en creer lo contrario.

Fotografía destacada de Velizar Ivanov en Unsplash.



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