Su hijo adulto vive en casa sin planes concretos para su vida, y su paciencia se está agotando. Usted le anima e incluso le amenaza en su intento de ayudarle a actuar juntos. Pero nada funciona. Entonces, ¿qué puede hacer ahora con su hijo «que no se va»?
Para empezar, necesita reconocer que ellos tienen el control de su vida, no usted. Por más difícil que sea aceptarlo, usted no puede «hacer» que su hijo tome medidas hacia la independencia: ellos tienen el control de sus acciones. Y convertirse en independientes es -por su propia naturaleza- algo que necesitan hacer por sí mismos. Cuando los padres están ocupados y ansiosamente tratando de salvar a su hijo adulto de las consecuencias de sus propios comportamientos, están permitiendo que ese joven adulto continúe en el papel de niño.
Una cosa es «saber» esto, pero otra muy distinta es dejar de lado la «protección» de su hijo. Para decidir por sí mismo cuál es la mejor manera de ayudar a su hijo, considere estas preguntas:
¿Estoy siendo claro acerca de mis expectativas conmigo mismo y con mi hijo? Sepa dentro de sí mismo – y exprese a su hijo – cuáles son sus expectativas para ellos en su casa, tales como pagar el alquiler, preparar comidas o hacer tareas domésticas. Además, cuando su hijo tenga dificultades particulares, indique sus expectativas para sus conductas, tales como no consumir drogas (si eso es un problema) o continuar con su terapia. Finalmente, sea claro acerca de sus expectativas de trabajo, tales como mantener un trabajo o asistir a algún tipo de formación.
¿Es mi hijo respetuoso conmigo y con las reglas de mi casa? Dado que su hijo vive en su casa, usted debe establecer las reglas y tiene todo el derecho a esperar que lo traten con respeto. Si bien es posible que usted quiera acomodar a su hijo de alguna manera porque quiere ayudarlo, es importante que no se permita ser un felpudo, un saco de boxeo o que se sienta como si no le importara.
¿Estoy manteniendo mis límites? Los padres a veces tienen problemas para mantenerse fieles a sus expectativas para sus hijos adultos porque se sienten culpables por no ayudar a su hijo con las luchas actuales. Pueden imponerse la culpa directamente a sí mismos, o su hijo puede ser manipulador para salirse con la suya. Una vez más, es importante recordar que su trabajo es apoyar a su hijo para que sea independiente. Para ayudarle a mantenerse firme, sea claro en sus valores y expectativas para su hijo. Luego, exprese esos valores y expectativas con calma, claridad y respeto. Dado que esto es a menudo difícil de hacer, puede que le resulte útil obtener el apoyo de otras personas.
Como padre amoroso, su papel es en parte apoyar a su hijo en la resolución de sus propios problemas. Por lo tanto, escuche atentamente a su hijo y acepte sus sentimientos. Haga todo lo posible para ser empático y compasivo. Pero termine rápidamente las conversaciones que estén dirigidas a tratar de manipularle o hacer que cambie de opinión sobre las reglas o expectativas.
¿Estoy siendo claro con mi hijo sobre las consecuencias de sus acciones? Cualesquiera que sean las consecuencias que decida, asegúrese de que son las que está dispuesto a llevar a cabo. Para ayudar con esto, considere lo que es realista y posible para su hijo. Si usted está pagando por su educación, usted podría rehusarse a continuar pagando si no mantienen un promedio de calificaciones razonable. O, si a su hijo básicamente le va bien, pero no se muda cuando usted piensa que ha llegado su momento, podría decirle que necesita que se mude para una fecha en particular, dándole tiempo para que busque un lugar donde vivir y quizás incluso ayudándole a hacerlo.
Cuando encuentre la fuerza para esperar amorosamente más de su hijo, usted y su hijo se sorprenderán al ver lo bien que lo hacen después de irse de su casa.
Artículo original por Leslie Becker-Phelps. Psicóloga.