Confianza. Esa cosa indefinible que hace que nuestras vidas sean mejores o peores. Demasiado de ella y puedes parecer arrogante, pero tener muy poca puede impedirte seguir adelante, tomar riesgos y eventualmente afectará a partes de tu vida. La clave para la combinación perfecta es un poco de ambos lados. Aquí están algunos consejos para el combo perfecto deseable. Mezclar ligeramente y manipular con extremo cuidado.
1. Sé siempre tú mismo
El primer paso para aumentar tu confianza es ser siempre tú mismo. Apuesto a que esta es la cita más cliché que jamás hayas oído, pero déjame decirte un secreto. Es la clave. Eres único. Eres increíble. Nuestras diferencias son las que nos determinan.
Sólo hay uno como tú en este mundo. Recuerda, no puedes controlar lo que los demás piensan de ti. Si le preguntas a 10 personas diferentes sus opiniones sobre ti, es probable que encuentres que tienes 10 reputaciones diferentes. Mantente firme. TÚ eres todo lo que tienes.
2. Sin malas vibraciones
Deja ir la negatividad de tu vida y permite que los rayos del positivismo brillen sobre ti. La filosofía y la espiritualidad nos enseñan las consecuencias de nuestros pensamientos. Entonces, ¿por qué pensamos de forma negativa en lugar de positivamente? El miedo y la negatividad son como un agujero negro para nuestra conciencia. Una vez que entras en ese elemento oscuro, el cerebro filtra todo lo demás y sólo piensas en el fracaso. El poder del pensamiento es la clave de nuestra realidad. Busca tu lugar feliz y rodea tu mente con positividad. Crea tu propio mantra y en momentos de necesidad habla con tu ser interior «¡Puedes hacerlo!«.
3. Sal de tu zona de confort
Todos hemos pasado por eso. Es ese lugar caprichoso y mágico no muy lejos del país de nunca jamás, donde la leche y la miel fluyen en lugar de los ríos y no hay una sola preocupación en tu mente. Ese lugar imaginario que nos cobija y nos proporciona una cantidad ilimitada de familiaridad, seguridad y certeza. Pero… «un barco en el puerto está seguro, pero no está hecho para eso«.
Sal de ahí y deja que el mundo te vea. Levántate, aprovecha las oportunidades y date la oportunidad de aprender algo nuevo cada día. Incluso hacer algo aparentemente pequeño todos los días te llevará a algo más grande. La zona de confort mata tu productividad y por lo tanto afecta a tu autoestima. ¡Da el paso!
4. ¡No lo olvides, eres asombroso!
La vida es dura y hay momentos en los que es difícil mantener la confianza en lo alto. Detente por un segundo y piensa en todas las cosas de las que estás orgulloso. Tus logros, tus victorias.
No importa cuán grandes o pequeños sean, son el resultado de tu arduo trabajo. Haz una lista de todas tus cualidades y reconoce tus propios logros. Así que, cuando te sientas triste o necesites tu dosis diaria de autoestima, vuelve a leer lo que has escrito.
5. El lenguaje corporal es relevante
Seamos honestos. El 20% de nuestra comunicación de la vida diaria es verbal, el otro 80% representa comunicación no verbal o ampliamente conocida como Lenguaje Corporal. Tu actitud hacia cada situación dice mucho más de ti que tus propias palabras. Así que si estás diciendo algo, pero tu lenguaje corporal vacila y dice lo contrario, no estás transmitiendo el mensaje deseado.
Investigaciones realizadas en las Escuelas de Negocios de Harvard y Columbia muestran que el simple hecho de mantener tu cuerpo en posturas de alta potencia estimula los niveles más altos de testosterona -la hormona responsable de la dominación y los niveles más bajos de cortisol- la hormona del estrés. Por lo tanto, ¡encuentra tu postura de fuerza adecuada y Carpe Diem!
Tómate tu tiempo para implementar estas reglas y trabajar sobre ti mismo. Sentirse más seguro es una parte de vivir una vida más feliz y plena.