¿Alguna vez te has encontrado con alguien en tu vida que siempre es amable sin razón alguna, pero que se queja de ti a otras personas a tus espaldas? ¿Alguna vez has tenido un amigo que estaba realmente cerca de ti, pero al final de alguna manera te has sentido maltratado y engañado por él? Cuidado con los «amigonemigos«.
Nadie quiere estar cerca de alguien que está fingiendo. Queremos personas genuinas, directas y sinceras en nuestras vidas. Todos nos podemos aprovechar de ciertas situaciones, pero algunas personas… Lo llevan en la sangre.
Aunque no estoy seguro de que sean los únicos responsables de ser como son. Esta sociedad y este siglo han levantado generaciones de personas superficiales y orientadas al dinero. Y esto apenas está empezando. La globalización y la tecnología han logrado arruinar nuestros valores fundamentales, las Redes Sociales nos han engañado hasta el punto de que somos incapaces de diferenciar entre lo real y lo falso.
Si te sientes de la misma manera con respecto a tu entorno, aquí hay 8 maneras de detectar a una persona simpática… falsa:
1. Son amables con todo el mundo
Un amigo de todos es un amigo de nadie. Tan simple como eso. Puedes ser la persona más amable y más justa del mundo, pero simplemente no puedes encajar con todo el mundo. La gente tiene diferentes personalidades y su propia locura individual. Y eso está perfectamente bien. No tienes que ser compatible con todas las personas. Las personas falsas tienen esta inexplicable necesidad de complacer a los demás y trabajar duro para ser todo para todas las personas. Esto es por puro beneficio. Respetan sólo a las personas que tienen poder y son muy selectivos sobre quién merece su respeto y atención final, basándose en lo que pueden ganar personalmente de esa relación.
2. Son competitivos
Todo para ellos es una competición. Ya sea que se trate de un resultado de un examen o de un estilo de vida, lo que sea. Están profundamente convencidos de que son mejores que tú y se compararán constantemente contigo para asegurarse de que siempre sean superiores.
3. Hacen falsas promesas
Estoy seguro de que en algún momento de tu vida, has tenido a ese amigo que dijo que siempre estará ahí para ti, pero cuando la carretera se puso un poco pedregosa, se desvanecía. Las personas falsas harán todo lo que esté en su poder para validar su lugar, pero no le darán mucho a cambio. Dicen lo que creen que quieres oír. Y luego usan esto para conseguir lo que quieren de ti. Es un juego de manipulación y de llevar más allá los límites.
4. Están constantemente cotilleando
«La gente grande habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente pequeña habla de otras personas«. Te suena familiar, ¿no? Ten cuidado con estas personas, porque si cotillean sobre las personas más cercanas a ellas, imagina las cosas que dirán de ti a tus espaldas.
5. Son buscadores de atención
Las personas falsas están tan llenas de sí mismas que creen firmemente que el mundo gira en torno a ellas. No es tan difícil notarlas. Por lo general, es el más ruidoso y arrogante del grupo, presumiendo constantemente de lo que han hecho en su vida. En una desesperada necesidad de atención, se convierten en sociópatas literales y no se lo pensarán dos veces cuando se presente una oportunidad.
6. Nunca inician el contacto
¿Alguna vez te has dado cuenta de que algunas personas nunca dan el primer paso? Ya sea que se trate de una llamada para reunirse para comer o para pasar el rato ocasionalmente, tú eres siempre el que inicia el contacto. Es probable que no te encuentren lo suficientemente beneficioso para mantener una relación continua con ellos.
7. Siempre están criticando
La gente genuina y veraz admirará tu trabajo, te alabará y aprenderá de ti. Estas personas te apoyarán y siempre estarán felices por tu éxito, no importa cuál sea su situación. Los «amigonemigos» siempre encontrarán algo malo en tu trabajo, especialmente si no se desempeñaron bien en el mismo campo. Los celos son una forma de odio basada en la inseguridad. Se alimentan de criticar y hacer que te sientas mal.
8. Sonríen demasiado
La cara sonriente es el último emoticono de la felicidad. Sí, sonreír es contagioso y suma años en nuestra vida, pero aquí está la clave. Las personas falsas tienden a ocultar su verdadera personalidad bajo su incesante sonrisa y su excesivo comportamiento amistoso.