Seamos francos. Generalización o no, mientras que la franqueza de los hombres se percibe a menudo como confianza, la franqueza de las mujeres se ha caracterizado injustamente como agresiva o grosera. Tal vez esta es una razón por la cual, de acuerdo a la investigación, las mujeres tienden a suavizar sus demandas y declaraciones, mientras que los hombres tienden a ser más directos.
Sin embargo, estas modificaciones no siempre sirven al objetivo final. Defenderse a sí mismo, abordar las injusticias, decir no y vender las ideas propias requiere una confianza contundente que no se perciba como grosera. A continuación se presentan siete estrategias para ser franco sin que se perciba como grosero.
1. Proceder con empatía
La empatía es la habilidad de ponerse en el lugar de tu oyente antes de hablar. También te permite declarar los hechos sin rodeos sin alienar a sus oyentes. En palabras de Stephen Covey: «Cuando muestras una profunda empatía hacia los demás, su energía defensiva se reduce y la energía positiva la reemplaza. Es entonces cuando puedes ser más creativo en la resolución de problemas«.
2. Invitar a los demás a ser francos
Recibe la verdad sin ponerte a la defensiva. Construirás la confianza y te ganarás el derecho a ser franco. Una declaración como: «espero que seas tan directo conmigo como yo lo seré contigo» llega muy lejos.
3. Sé sucinto y concreto
Practica cómo llegar al punto de manera rápida y concreta eliminando el lenguaje vago o cargado de emociones. Por ejemplo, en lugar de decir: «Escucha, Silvia, no sé cuál es tu problema…«, di: «Silvia, siento fricción entre nosotros, y me gustaría que llegáramos al fondo del asunto para que podamos alcanzar nuestras metas más rápidamente«.
4. Cerrar las brechas de comprensión
«¿Cuáles son tus pensamientos?» es una pregunta sencilla que puede servir de puente entre una afirmación contundente y una invitación a la otra persona a entrar en la conversación.
5. Siéntete cómodo de decir «No»
Si tienes una relación equivocada con la palabra «No», te sentirás emocionado o maleducado cuando tengas que rechazar una solicitud. Practica diciendo «No», «No gracias» o «No, eso no funcionará» amablemente, sin largas explicaciones.
6. Practica
Si te muestras grosero en lugar de confiado, es probable que tu tono de voz o tu lenguaje corporal estén enviando un mensaje equivocado. Practica tu comunicación grabándote a ti mismo. Cuando escuches o veas la grabación, captarás lo que los demás perciben y te convertirás en tu crítico más útil.
7. Sonríe
Puede que hayas oído que la percepción se convierte en realidad. Cuando tu expresión facial se torne dura, las palabras que digas estarán coloreadas por lo que tu audiencia vea. Estoy de acuerdo con Les Brown cuando dice que «Tu sonrisa te dará un semblante positivo que hará que la gente se sienta cómoda a tu alrededor«.
En resumen: No siempre podrás evitar la forma en que otras personas interpretan tu brusquedad, pero puedes controlar tu capacidad para comunicarse con mayor confianza y eficacia. Si te comunicas con empatía, no tendrás que preocuparte por ser o parecer grosero.