Hábitos y Motivación: Domina ambos para obtener grandes resultados

Hábitos y Motivación: Domina ambos para obtener grandes resultados

¿Luchas para sentirte motivado en ciertos aspectos de tu vida?

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Ya sea en tus estudios, en tu trabajo, en tu estado físico, o simplemente en tu rutina diaria… no siempre “disfrutamos” cada minuto de lo que estamos haciendo. Y es normal tener días en los que te sientas un poco menos motivado o con menos energía.

Pero, si constantemente encuentras una falta de motivación a lo largo del día, entonces es posible que tengas que empezar a investigar más a fondo para averiguar por qué.

Conseguir motivación es más fácil de lo que piensas. ¡Y, va de la mano de sus hábitos!

Puede que te preguntes: “¿qué tienen que ver los hábitos con sentirse motivado?” Muchas personas no consideran los hábitos como un factor clave de su éxito personal porque simplemente los ven como rutinas. No necesariamente hacen la conexión con el éxito personal.

Y esto se debe a que la mayoría de las personas asocian factores externos con el éxito, como la suerte, la educación o los antecedentes familiares. Aunque los hábitos son en gran medida internos, a menudo se pasan por alto.

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Pero, la verdad es que los hábitos dictan casi todos los aspectos de nuestras vidas.

Ellos son responsables de la mayoría de nuestras acciones diarias, desde las grandes hasta las pequeñas. Piensa en cómo comienzas el día, qué es lo que normalmente comes, cómo te despiertas o incluso la forma en que vas hasta el trabajo. ¡Cada uno de estos son hábitos!

Los Hábitos son responsables de motivarnos o desmotivarnos

Debido a que los hábitos están tan arraigados en nuestras vidas, también afectan nuestros niveles de motivación. Ciertos hábitos o rutinas que adquirimos fomentan la motivación en nosotros, mientras que otros pueden distraernos, agotarnos o desmotivarnos.

Por lo tanto, la solución para mantenerse motivado es aprender a controlar tus hábitos, de modo que puedas dirigirlos y utilizarlos como una herramienta para crear aportes o acciones consistentes y sistemáticas hacia un producto o resultado que desees lograr. En este caso, ¡sentirse motivado de nuevo!

El primer paso para controlar tus hábitos, es saber exactamente qué es un hábito, cómo se forma, y cómo hacer y romper hábitos para construir un mejor uso de tu tiempo.

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Los dos tipos de hábitos

Hay dos tipos de hábitos: los hábitos conscientes y los hábitos ocultos.

Los hábitos conscientes son hábitos que son fáciles de reconocer. Por lo general, requieren un aporte consciente para que puedas mantenerlos. Si eliminas esa atención, lo más probable es que el hábito desaparezca. Es fácil identificar estos hábitos conscientes y tú mismo los puedes revisar rápidamente.

Ejemplos de hábitos conscientes incluyen despertarse con una alarma todas las mañanas o salir a correr por la noche todos los días.

Los hábitos ocultos, por otro lado, son hábitos que nuestro cerebro ya ha convertido en modo de piloto automático. Por lo general, desconocemos completamente su existencia hasta que algunos factores o fuentes externas lo revelan, como por ejemplo, que alguien te señale tu comportamiento.

¡Sin embargo, los hábitos ocultos constituyen la mayoría de nuestros hábitos! Se han internalizado en nuestro estilo de vida y en el proceso de toma de decisiones, por lo que casi no te das cuenta cuando un hábito está “actuando”.

Tómate tu tiempo para pensar en tus hábitos y trata de determinar cuáles son los que están ocultos y cuáles son hábitos conscientes. Además, piensa si son o no hábitos que contribuyen a que te sientas positivo y motivado.

Ahora que tienes una idea más clara de lo que son los hábitos, pasemos a la motivación.

Cómo se manifiesta la motivación

Tanto si eres consciente de ello como si no, la motivación es una fuerza enorme en tu vida; y necesita ser aprovechada para que puedas sacarle el máximo provecho.

Sin embargo, muchas personas piensan que estar motivado o desmotivado es un simple interruptor de “encendido” o “apagado”.

Pero, la motivación es un flujo, no un interruptor.

Lo que quiero decir es que la motivación está compuesta de varias capas, comenzando desde el núcleo y fluyendo hacia la superficie, la superficie es lo que se ve, pero el proceso real es conducido desde el núcleo, y esa es la parte más importante.

Para entender mejor este flujo, lo he dividido en tres partes:

  1. Soporte – Habilitadores
  2. Superficie – Reconocimiento
  3. Núcleo – Tu propósito

Los habilitadores son los que apoyan tus objetivos. Esto puede ser personas, ingresos, o cualquier cosa que te ayude o te permita alcanzar tus metas. Ellos magnificarán el núcleo que tengas o aumentarán cualquier impulso que construyas.

El reconocimiento es cualquier tipo de reconocimiento externo que te motive, como el respeto, los cumplidos y los elogios, el apoyo emocional, la retroalimentación o la crítica constructiva.

También los puedes encontrar a través de la afiliación de otras personas que comparten la misma meta que tú.

El reconocimiento es más a menudo lo que se ve en la superficie cuando se mira el reconocimiento externo o el prestigio de otras personas.

Y, finalmente, la verdadera fuerza detrás de tu flujo de motivación es el núcleo más interno – tu Propósito.

El propósito es un requisito previo para la motivación

Tener un propósito es lo que separa a los motivados de los desmotivados.

Saber cuál es tu propósito, no importa lo que estés haciendo, te ayudará a formar hábitos y rutinas que pueden conducir a una motivación ilimitada: tener un significado o sentido, y avanzar.

Entonces, ¿cómo haces estas dos cosas?

Tener significado o sentido es simple. Sólo hazte una pregunta: ¿Por qué?

¿Por qué vas tras un objetivo determinado? Si la razón es vaga o poco clara, entonces tu motivación será vaga y poco clara.

Aunque la motivación te proporciona la energía para hacer algo, esa energía necesita estar enfocada en alguna parte, ¡o de lo contrario no tiene a dónde ir!

Sin embargo, Tener significado o sentido no es tan complejo como parece. La única pauta es que debe añadir valor a algo o a alguien que te importe.

A continuación, estarás consiguiendo avanzar. En resumen, significa que sólo tienes que seguir hacia tu objetivo a través del impulso. Y, para mantener este impulso, tienes que seguir avanzando.

Incluso pequeñas cantidades de progreso pueden ser igual de motivadoras, siempre y cuando sigan llegando.

Crear un indicador de progreso simple como listas de control o hitos, es una gran manera de visualizar tus pequeñas (y grandes) victorias. Hacen que tu cerebro los reconozca, dándole pequeños impulsos de energía motivacional.

La motivación y los hábitos dependen los unos de los otros

Espero que ahora puedas ver cómo la motivación y los hábitos van de la mano, hay una alineación en tus rutinas, tus roles y responsabilidades, lo que reducirá cualquier distracción que te haga sentirte desmotivados.

Al saber cuál es tu propósito, puedes ser consciente de tus hábitos, evaluarlos y mejorarlos, y tu motivación aumentará automáticamente porque estás creando tendencias positivas y trabajando hacia algo que realmente deseas.

Fotografía: Filip Mroz


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