Perdónate a ti mismo por las veces que quisiste a alguien más de lo que ellos te quisieron a ti.
Perdónate a ti mismo por las veces que te conformaste con un trato que no merecías porque no querías perder a alguien que te importaba y querían ser la persona más grande.
Perdónate a ti mismo por las veces que fuiste tras alguien de quien la gente te dijo que te mantuvieras alejado porque no entendían tu corazón y no te entendían a ti.
Perdónate a ti mismo por los momentos en que te rompiste el corazón al amar a personas que no eran adecuadas para ti. Perdónate por creer que había algo más en ellos y por ponerlos en un pedestal que no merecían.
Perdónate a ti mismo por las veces que pensaste que podrías arreglar a alguien o tratar de cambiar a alguien amándolo y dando más de lo que recibiste.
Porque tienes razón. El amor cambia a las personas, pero también lo hace la angustia. Pero el amor no viene con un manual a seguir y las reglas no siempre se aplican a todos. Así que la única manera de que sepas una o dos cosas sobre el amor es salir e intentarlo, incluso si eso significa que te romperán el corazón.
Así que en vez de culparte por intentarlo, aplaude.
No estés triste, siéntete orgulloso.
Siéntete orgulloso de ti mismo por arriesgarte, por hacer algo que te asustaba, por dar el primer paso, por contarle a alguien cómo te sentiste, por abrirte a alguien y por tratar de ganarte el corazón de alguien.
Siéntete orgulloso de ti mismo por confiar en tu instinto y seguir a tu corazón aunque no fuera en la dirección correcta.
Siéntete orgulloso de ti mismo por no tener miedo cuando se trata de amor – porque el amor siempre favorecerá a los valientes, a los que lo intentan, a los que se les rompe el corazón pero aún así creen, a los que dan segundas oportunidades, a los que saben que el amor siempre será aterrador pero que vale la pena cada intento.
Porque tal vez el amor te hace olvidar tu valor a veces, pero también te ayuda a recordarlo, a luchar por él, a alejarte de las personas que lo disminuyen y a elegir a aquellos que te hacen sentir importante, amado y apreciado.
Así que perdónate por las veces que olvidaste tu valía, no habrías conocido tu valía de otra manera. No te habrías dado cuenta de lo que realmente mereces si no te hubieras puesto en situaciones que te recordaran lo que no mereces.
Cada angustia es una lección para que no te conformes. Cada angustia es un recordatorio de que te mereces mucho más y mucho mejor.
Artículo original de Rania Naim.