Cuando estás lidiando con luchas emocionales, tu primer instinto podría ser preguntarte a ti mismo «por qué», pero esas preguntas no te llevarán a ninguna parte. Sólo te dan respuestas «porque..» que generalmente no ayudan. En cambio, tienden a que des vueltas en círculos.
Para aclarar esto, considera a Stephanie. Su tormentosa relación con Brad una vez más explotó. Ella sabía que debía seguir adelante, pero no podía dejarlo ir. Así que se preguntó: «¿Por qué no puedo dejarlo? Porque aún lo amo. ¿Por qué lo sigo amando? Porque él lo es todo para mí. ¿Por qué es todo para mí? Porque es un gran tipo y le quiero…»
Con demasiada frecuencia, estas preguntas te mantienen atascado, no te proporcionan un camino a seguir. Así que, en vez de eso, intenta hacer preguntas sobre «qué» y «cómo». Es más probable que encuentres respuestas que te ayuden a entender realmente tu lucha y te guíen hacia soluciones útiles.
Pregúntate lo qué estás pensando y sintiendo. La idea es animarse a sí mismo a adquirir una comprensión más profunda y rica de sí mismo. Piensa en lo que estás experimentando en el momento y en lo que quieres experimentar en el futuro.
Stephanie comenzó a cuestionar sus emociones. ¿Qué estoy sintiendo? Tengo el corazón roto. ¿Qué más estoy sintiendo? Me siento sola, triste y enfadada. ¿En qué estoy pensando? Sé que Brad no puede comprometerse. Necesito dejar de buscarlo para que haga eso. ¿Qué es lo que quiero sentir y pensar? Quiero sentirme feliz, conectada y enamorada. También quiero aceptar las limitaciones de Brad, tanto como yo lo amo, para poder seguir adelante y encontrar a alguien más.
Pregúntate cómo puedes conseguir lo que quieres. Después de que tengas claro cuáles son tus luchas, es hora de considerar lo que tiene que suceder para que puedas seguir adelante.
Stephanie dio un primer paso hacia esto al reconocer las limitaciones de Brad. Entonces se preguntó a sí misma: «¿Cómo puedo olvidarme de él? Puedo recordarme a mí misma con qué frecuencia me molestaba. Puedo llenar mi tiempo con amigos que me apoyan y que están felices de recordarme cómo me trató mal cada vez que nos acercábamos mucho. Y puedo volver a sumergirme en la pintura, que me encanta.»
Si te quedas con las preguntas de «qué» el tiempo suficiente para entender tus luchas, a menudo tendrás suficiente información para averiguar qué es lo que necesitas hacer a continuación. Y las preguntas de «cómo» te ayudarán a desarrollar ese plan. Si todavía te sientes atascado, trata de recurrir a otras personas que te apoyan y que tengan suficiente perspectiva para ayudarte a encontrar una solución. Este enfoque no es mágico, pero seguirlo puede ayudarte a despegarte y seguir adelante.
Artículo original por Leslie Becker-Phelps. Psicóloga.