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5 Razones por las que a la gente le cuesta decir que ‘no’

5 Razones por las que a la gente le cuesta decir que 'no'

A mucha gente le cuesta decir que no.

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En el trabajo, los límites de las solicitudes suelen estar claramente definidos. Pero fuera del trabajo, en las familias, en los grupos de amigos, e incluso en los puestos de voluntariado, las aguas son un poco menos claras.

Cuando un amigo te pide un favor, o recibes una invitación, o alguien a quien quieres está en un aprieto, nuestra respuesta por defecto suele ser ‘¡claro! Y la mayoría de las veces, está bien. Pero puede desequilibrarse rápidamente si tienes problemas para decir que no…

Así que lo que puede pasar es que dices «sí» a demasiadas cosas… que terminas exhausto y agotado. A veces incluso llegas tan lejos que te pasas todo el tiempo haciendo lo que otros quieren, y nadie hace lo que tú quieres.

¡Pero tú también importas!

Decir ‘no’ te libera para tener control sobre cómo gastas tu tiempo y energía. Te permite elegir.

Sí o No.

Entonces, ¿por qué es tan difícil decir ‘no’? ¿Cuáles son las razones de esta resistencia a decir nunca «no»?

5 Razones por las que a la gente le cuesta decir que no:

1. Personas complacientes

Los niños que se portan bien y que cumplen con las normas a veces pueden llegar a ser adultos que agradan y complacen a la gente. Suena como algo bueno, después de todo ‘agradable’ es una palabra positiva. Decir ‘sí’ hace feliz a la gente. El problema con esto es cuando hay un desequilibrio y, sin darte cuenta, has puesto todo el aprecio en los demás y nada en ti mismo.

Tú importas tanto como cualquier otra persona, y si tienes en cuenta tus propios deseos y necesidades en cada decisión dándote a ti la misma importancia, encontrarás que el «no» es un poco más fácil de decir.

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2. Cumplir el papel de ‘salvador’

Ser una persona de confianza y un solucionador de problemas también son rasgos positivos. Ser necesitados puede hacernos sentir bien, y todos disfrutamos sintiéndonos apreciados… Pero una vez más, querer y cuidar a los que nos rodean, e incluso ayudarlos, no siempre debe ser a nuestro propio costa.

Solicitudes de ayuda junto con la gestión de tus propias necesidades. ¿Cómo va tu autocuidado? ¿Cuándo fue la última vez que te divertiste o pasaste tiempo haciendo algo que te gustaba? Como en el punto anterior, tú también importas. Pon tus propias prioridades junto a las prioridades de los demás.

3. Ser manipulado

No todo el mundo tiene un buen interés en el corazón, y desafortunadamente, algunas personas (incluso amigos o familia) son expertos en culpar o aplastar a la gente de buen corazón.

Presta atención a cómo te sientes cuando te piden (o presionan) que hagas algo. ¿Te piden algo a cambio de afecto? ¿Amenazan con una consecuencia negativa si no estás de acuerdo? ¿Te hacían ver que no te importaban en absoluto cuando trataste de decir que no? Confía en tu instinto. Realmente puede ser, y es, TU decisión.

4. Que te pongan en un aprieto

Una llamada telefónica repentina, o solicitudes cara a cara son particularmente problemáticas para las personas que tienen dificultades para decir que no. ¿Cómo se te ocurre una razón para decir que no, cuando no tienes tiempo para pensar y reaccionar?

Aquí es donde la preparación es clave. Esta preparación puede ser usada en cualquier situación cuando te sientes diciendo que sí a regañadientes porque no puedes pensar en una salida lo suficientemente rápida… En vez de eso, ten una selección de frases preparadas como estas:

O

Y la frase siempre fiable y completa:

5. Tener una excusa débil

Finalmente, al no poder encontrar una buena excusa para decir que no, tropiezas. Puedes pasar un tiempo preocupándote por cómo tu excusa podrá hacer frente a la petición y si dicha excusa será considerada aceptable, o si habrá una reacción posterior.

Diremos esto más fuerte para la gente que se esconde en la parte de atrás…

El ‘NO’ es suficiente.

No necesitas una buena excusa. Un firme y definitivo «no» es todo lo que necesitas. Tu confianza para tomar la decisión correcta puede no impedir que otros se comporten mal, pero eso depende de ellos.

Como en todo, la práctica hace la perfección. Comienza poco a poco, y empieza a crecer gradualmente en tu confianza para ejercer control sobre tus respuestas a las solicitudes de amigos, familiares o mientras te encuentres en puestos de voluntariado.



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