Quédate solo hasta que conozcas a la persona que te hace reír hasta que duele.
El que cura cualquier dolor causado en el pasado.
Pero más que eso hace que te olvides de ello.
El que te muestra que el amor no es confusión o dolor.
Quédate solo hasta que conozcas a la persona y sepas con confianza que hay algo ahí.
Y no es sólo confianza en ti mismo, sino confianza en la relación.
El que te enseña a confiar en alguien más que en ti mismo.
La persona que te llama cuando dice que lo hará.
El que te contesta los mensajes de texto y nunca te hace dudar de ellos.
Quédate solo hasta que conozcas a la persona que aparece.
El que te respeta y te trata mejor que nadie antes.
El que te edifica y cree en ti.
El que te hace dormir un poco mejor por la noche porque están a tu lado.
El que echas de menos antes de despedirte.
Quédate solo hasta que conozcas a la persona que dice exactamente lo que siente por ti y no teme decirlo.
El que no sólo te presenta a su familia sino que te hace sentir parte de ella.
Quédate solo hasta que conozcas a la persona que te mira desde el otro lado de la habitación y es como un diálogo silencioso que sólo vosotros dos podéis hablar.
La persona que sabe cómo hacerte sentir mejor en un mal día.
Aquel cuya presencia te hace sentir un poco más completo.
El que redefine lo que pensabas que era el amor en el pasado.
Quédate solo hasta que conozcas a la persona que te asegura que te quiere en su futuro.
La que miras y en sus ojos ves los próximos 50 años.
El que dice que te amo y lo sientes en cada hueso.
Con el que puedes pelear a veces, pero nunca dejáis de pelearos el uno por el otro.
Quédate solo hasta que conozcas a alguien que te haga sentir mejor.
El que te hace más feliz de lo que nunca pensaste que podrías ser.
En el que piensas cuando aparecen esas canciones. Y subes el volumen un poco más.
Quédate solo hasta que conozcas a alguien que sea tu mejor amigo.
Tu mejor mitad.
Tu alma gemela.
La persona a la que no puedes imaginarte o no puedes vivir sin ella después de conocerla.
Hasta entonces, quédate solo.
Artículo original por Kirsten Corley.