Platos en el fregadero, juguetes por toda la casa, cosas que cubren cada superficie plana; este desorden no sólo hace que nuestras casas se vean mal, sino que también nos hace sentir mal a nosotros.
Al menos eso es lo que descubrieron los investigadores del Centro para la Vida Diaria y las Familias (CELF) de UCLA cuando exploraron en tiempo real la relación entre 32 familias californianas y los objetos de sus hogares. El libro resultante: «Life at Home in The Twenty-First Century» (La vida en casa en el siglo XXI), es una mirada poco común a la forma en que los estadounidenses de clase media utilizan el espacio en sus hogares e interactúan con las cosas que acumulan a lo largo de su vida.
Resulta que el desorden tiene un profundo efecto en nuestro estado de ánimo y autoestima. Los antropólogos y sociólogos de CELF encontraron:
Una relación entre los altos niveles de cortisol (hormona del estrés) en las mujeres propietarias de viviendas y una alta densidad de objetos domésticos. Los hombres, por otro lado, no parecen preocupados por el desorden, lo que explica las tensiones entre las esposas ordenadas y sus maridos desordenados.
Las mujeres asocian un hogar ordenado con una familia feliz y exitosa. Cuantos más platos se amontonan en el fregadero, más ansiosas se sienten las mujeres.
Incluso las familias que quieren reducir el desorden a menudo están emocionalmente paralizadas cuando se trata de clasificar objetos. O bien no pueden romper los apegos sentimentales a los objetos o creen que sus cosas tienen un valor monetario oculto.
Aunque los consumidores de Estados Unidos sólo tienen el 3% de los niños del mundo, compran el 40% de los juguetes del mundo, y estos juguetes están en cada habitación, luchando por un espacio de exhibición junto a trofeos de los niños, obras de arte y fotos de su último partido de fútbol.
Aunque «Life At Home» documenta el problema del desorden, el libro no ofrece soluciones. Pero hay algunas cosas simples que puedse hacer para ordenar su casa y levantar su ánimo.
Adoptar la Regla de los Cinco
Cada vez que te levantes de tu escritorio o camines por una habitación, guarda cinco cosas. O, cada hora, dedica cinco minutos a ordenar. Al final del día, habrás limpiado durante una hora.
Sé despiadado con el fregadero de tu cocina
Comprométete a limpiar lo que hay en el fregadero de tu cocina todos los días. Se tarda un par de segundos más en colocar un plato en el lavavajillas que en dejarlo en el fregadero. Un fregadero limpio elevará instantáneamente tu espíritu y disminuirá tu ansiedad.
Guarda las fotos
Vuelve al pasado, cuando sólo las fotos de antepasados o bodas tenían un lugar. Pon las instantáneas en un álbum familiar, y así inmediatamente ordenarás muchas superficies planas.
Descarga la puerta de tu frigorífico
Los investigadores encontraron una correlación entre el número de artículos pegados a la puerta del refrigerador y la cantidad de desorden en toda la casa. Elimina los imanes extra, archiva los menús de los restaurantes y coloca los calendarios en lugares menos llamativos.
Prueba a ver si lo necesitas
Llena una caja con cosas que no te gusten o que no uses. Sella la caja y colócala en un armario. Si no has abierto la caja en un año, dona la caja (¡sin abrir!) a la caridad.