Puede que ya lo hayas oído antes: la depresión es el resfriado común de la enfermedad mental. De hecho, algunas estimaciones sitúan la prevalencia de por vida del trastorno depresivo mayor en un 20,6%, que es un número increíblemente alto. Debido a que los síntomas de la depresión cubren muchas áreas de la vida, es posible que estés sufriendo de ella sin siquiera saberlo.
Señales de depresión silenciosa
Uno de los síntomas de los episodios depresivos mayores incluye fatiga y pérdida de energía. La fatiga y la pérdida de energía generalmente ocurren sin razón o como un efecto secundario de un síntoma como el insomnio. En la depresión mayor, encontrarás que estos síntomas aparecen a pesar de que no hay cambios importantes en la rutina ni en la actividad física adicional. Este es uno de los signos reveladores de que puedes estar sufriendo debido a una depresión silenciosa.
A veces, la depresión hace que una persona se sienta inútil. Este es uno de los síntomas más peligrosos. Puede hacer que pierdas la motivación para encontrar ayuda, dejar de cuidar tu cuerpo y comenzar a planear tu muerte. Probablemente no le temerás a la muerte en este punto porque no puedes ver ninguna razón para permanecer vivo. Si notas que tienes este síntoma debes buscar ayuda inmediatamente.
Una depresión silenciosa también puede afectar a tu memoria y atención. Es posible que te resulte más difícil prestar atención a una conferencia o escuchar a tu jefe transmitir una nueva política. Es posible que en la vida no puedas realizar tareas orientadas a la concentración. La depresión también puede hacer que sea más difícil para ti recordar información, y te hace más propenso a codificar las emociones negativas de un recuerdo que las emociones positivas.
Si estás sufriendo de una depresión silenciosa, puedes notar que tus hábitos de sueño son diferentes. Algunas personas experimentarán insomnio, lo que significa que no pueden dormir bien. Esto puede llevar a una pérdida de energía, fatiga y otros síntomas graves. Otras personas sufren de hipersomnia. Las personas con hipersomnia duermen mucho más de lo habitual, y también pueden experimentar fatiga y pérdida de energía.
La depresión a menudo lleva a cambios en el apetito de una persona, así que si tienes depresión puedes notar que estás subiendo o bajando de peso repentinamente. El cambio en el apetito también puede afectar el sueño, la energía y la fatiga. Si estás comiendo muy poco, estarás cansado, fatigado y con poca energía. Si está comiendo demasiado, estará menos cansado, fatigado y con demasiada o neutra energía. Sin embargo, este síntoma es angustiante para muchas personas.
La mayoría de las personas tienen pasatiempos que les dan placer, pero si tienes depresión, puedes experimentar anhedonia. Lo que esto significa es que comenzarás a perder el interés en las cosas que antes te gustaban. Esto puede hacer que tengas que rellenar espacios vacíos en el tiempo, lo cual puede contribuir a comer demasiado y dormir demasiado. La anhedonia también puede llevar a sentimientos de inutilidad y a un deseo de morir si se vuelve lo suficientemente grave.
Si tu estado de ánimo es casi siempre bajo, puedes estar sufriendo de depresión. Las personas con depresión tienden a tener estados de ánimo extremadamente bajos, ya sea de tristeza o de vacío. Además, a medida que la depresión empeora, es posible que te cuides cada vez menos. Esto conducirá a un deterioro general de la salud que puede aumentar la magnitud de cualquier otro síntoma de depresión.
En realidad, para que exista la posibilidad de una depresión mayor, sólo necesitas que cinco de los síntomas enumerados duren más o menos dos semanas sin la presencia de un episodio maníaco o hipomaníaco. Afortunadamente, la depresión es común, lo que significa que los psicólogos y psiquiatras tienen maneras efectivas de tratarla.
Desde la medicina hasta la terapia, puedes mejorar, e incluso puedes ayudar a un amigo diciéndole lo que has aprendido en este artículo.
Si sientes que puedes tener depresión o incluso si te sientes un poco mal, por favor, ponte en contacto con alguien y extiende la mano. ¡No hay vergüenza en hablar de tu salud mental!