Hacer luz de gas (Gaslighting) es un juego mental vicioso que los narcisistas usan para tomar control total sobre sus víctimas. Aunque es la técnica de manipulación más utilizada por los narcisistas, no se limita a este tipo de personas y puede ocurrir en cualquier situación.
Mientras que algunas personas lo hacen intencional y conscientemente, hay muchos casos en los que la persona que está practicando este juego mental ni siquiera se da cuenta de que lo está haciendo, sino que lo hace como un mecanismo primario para establecer y mantener una relación.
Sucede tan sutilmente que cuando los efectos comienzan a manifestarse, el juego ha echado raíces tan profundas que el daño ya es grave. La víctima normalmente no es consciente de la trampa en la que se encuentra, y termina siendo un cascarón de su antiguo yo, dudando de todo lo que tiene que ver con ella y de su percepción.
Si no estás seguro de si has sido víctima de luz de gas, aquí hay 12 señales reveladoras que lo dicen todo.
1. Empiezas a cuestionar y a dudar de todo sobre tu percepción
Al ser forzado a reevaluar todo lo que percibe y tratar de encontrar puntos en común entre la realidad que te encuentras frente a tus ojos y la luz de gas que te están imponiendo, terminas cuestionando y dudando de cada una de tus conclusiones sobre lo que sucede frente a ti.
2. Te cuestionas todo sobre ti mismo
Las víctimas de luz de gas pierden tanto la confianza en sí mismas que empiezan a cuestionar todo lo que hacen. Sentirse al límite cuando todo parece estar sucediendo como debería, y pensar que cualquier cosa que hagas puede resultar mal es el resultado de la influencia del manipulador que grita: ¡No eres lo suficientemente bueno!
3. Una constante sensación de confusión
El objetivo de la luz de gas es llevarte al punto en el que no sabes dónde te encuentras en la vida y si deberías estar dando otros pasos. Esto te hace sentir confundido y como si hubieras perdido tu propósito.
4. Pensar que estás siendo demasiado sensible
La sensibilidad es algo maravilloso, pero no para el manipulador. Ellos se asegurarán de hacerte saber lo sensible que eres acerca de cosas triviales (que no son triviales en absoluto), y lo malas que son. Aunque al principio no estés de acuerdo, el sutil juego mental que están jugando te hará creer que puedes ser demasiado sensible.
5. Invalidando tus emociones
Quizás una de las principales armas que el manipulador utilizará en este juego es señalar tus emociones como algo negativo y débil. Esto eventualmente te lleva a invalidar las emociones que han sido rechazadas por el que te aplica luz de gas a tal punto que incluso te sientes mal por sentirte de cierta manera.
6. Pérdida de la capacidad de expresar tus emociones
Estando en una lucha constante con qué emociones son «normales» y «correctas» y cuáles son «inapropiadas» y «débiles», empiezas a perder la capacidad de expresar cualquier emoción. En vez de eso, empiezas a reprimir a cada uno de ellas y a juzgarte a ti mismo por tenerlas.
7. Siempre con miedo de estar equivocado
Durante la luz de gas, el manipulador se asegurará de exponer tus imperfecciones y criticarte por ellas. Estar equivocado sobre algo te hará sentir como si hubieras cometido el más terrible de los crímenes, por lo que empiezas a tener miedo de estar equivocado.
8. Dejas de actuar por muchas cosas
Este miedo a equivocarse y a tomar la «decisión equivocada» te hace querer dejar de actuar en primer lugar. Puede llegar a tal punto que te encuentras confiando en las decisiones del manipulador, mientras no haces nada que pueda enfurecer su naturaleza crítica.
9. Caminando sobre cáscaras de huevo – todo el tiempo
Este tipo de personas hará todo lo posible para decirte que nada de lo que hagas es lo suficientemente bueno, y cuando sabes que tienes que hacer algo por ellos para que no te vuelvan a criticar, terminas caminando sobre cáscaras de huevo temiendo que se enfaden contigo por nada.
10. Aislarte de las personas que te cuidan
Aquellos que te cuidan serán el objetivo principal del manipulador, que se asegurará de hacerte creer que están tratando de usarte y que nadie te quiere bien. El manipulador imprimirá en tu cabeza el pensamiento de que estás rodeado de enemigos a los que les gusta dañar tu relación y tu vida. Sin embargo, eso no es cierto.
11. Pérdida completa de la confianza en ti mismo
La confianza en ti mismo que tenías antes de conocer a esta persona ha desaparecido de alguna manera. Hablar por ti mismo se ha convertido en un tormento, así que dejas que tu voz interior se desvanezca lentamente mientras te ves a ti mismo como un ser sin valor.
12. No sintiendo nada como tú mismo
Cuando miras hacia atrás a lo que eras y en lo que te has convertido, te sientes completamente disociado de tu verdadero yo. Esta auto-alienación es quizás el mayor daño que la luz de gas puede causar a la personalidad de uno. En este estado en blanco, sólo vagas en tus pensamientos lamentando a la persona que has perdido: a ti mismo.
Puedes regresar a la persona que realmente eres, empezando a creer más en ti mismo y reconociendo los hábitos que la luz a gas te ha enseñado. Eres mucho más de lo que has empezado a pensar.
Nunca olvides que ningún juego mental puede hacer que te pierdas completamente. Estás allí, sólo dormido y escondido bajo un velo de ilusiones y manipulaciones. Tú estás allí – ¡nunca no lo olvides! Redescúbrete a ti mismo y comienza a quererte más. ¡Nadie vale lo suficiente para hacer que te pierdas!