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12 maneras de sentirse menos miserable y más feliz. Comienza HOY mismo

12 maneras de sentirse menos miserable y más feliz. Comienza HOY mismo

¿Espera hasta que su vida esté libre de problemas para ser feliz? Si es así, usted podría estar esperando durante mucho tiempo – incluso para siempre.

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Es común que todos nos digamos a nosotros mismos durante los momentos de estrés: «Cuando finalmente tenga ___ (llenar el espacio en blanco), o cuando ___ (llenar el espacio en blanco) se acabe, entonces podré ser feliz.» Ese primer espacio en blanco podría ser «un hogar propio»,»una relación comprometida» o «un trabajo mejor».

Pero la idea de que no puede ser feliz a menos que y hasta que se cumpla alguna condición puede ser una gran barrera para la felicidad. Aunque es ciertamente normal desear que un período de estrés inusual se acabe, usted podría estar perdiendo una gran parte de su preciosa vida al ceder a la miseria e infelicidad excesivas. Quisiera aclarar que me refiero a las crisis relativamente predecibles de la vida cotidiana, no a los eventos catastróficos como el huracán Harvey. Tratar con el trauma es un proceso diferente a lidiar con el estrés.

No estoy sugiriendo que finja ser feliz durante el día, para nada. Dentro de su contexto desafiante, sugiero que encuentre la verdadera felicidad, aunque sólo sea durante unos pocos minutos a la vez. Por supuesto, si usted se siente deprimido, fuera de control, traumatizado o tiene incluso pensamientos suicidas, por favor busque ayuda.

Intente estas 12 maneras de sentirse menos miserable – e incluso más feliz – ahora mismo:

1. Reconozca la infelicidad que está experimentando. Las investigaciones indican que aceptar sus sentimientos negativos, paradójicamente, aumentará su bienestar. Aceptar sentimientos negativos como la decepción, la ira y la tristeza también reducirá el estrés. Aunque no está claro por qué la aceptación de los sentimientos negativos es una estrategia tan potente, investigaciones anteriores han demostrado que etiquetar los sentimientos negativos – «me siento resentido», «Esto es triste», etc. – cambia sus sentimientos de la parte emocional de su cerebro a la parte pensante de su cerebro. Una vez que su «pensador» (la corteza prefrontal) esté a bordo, usted puede poner sus sentimientos en perspectiva.

2. Dese un poco de compasión. Hablar amablemente consigo mismo le traerá momentos de consuelo. Es posible que no tenga muchas personas en su vida en este momento que puedan darle la profunda empatía que necesita, pero sí tiene a una persona – usted.

3. Dese permiso para ser feliz cuando sea posible. Dígase a sí mismo que no necesita sentirse culpable por querer momentos de alivio, felicidad y alegría en su vida.

4. Experimente distracciones placenteras y saludables. Una vez que se da permiso para ser feliz, puede permitirse la experiencia de pequeños placeres – un paseo, una taza de café, una charla con un amigo, una visita al parque. La música, los libros y las películas pueden proporcionar tanto escape como satisfacción. Recuérdese que está bien divertirse, aunque parte de su vida se esté desmoronando.

5. Sujétese firmemente a su programa de autocuidado. O empiece uno si no lo tiene ya. Haga ejercicio, coma bien, conéctese con sus amigos y duerma lo suficiente. Resista a los «falsos amigos» de beber en exceso, comer en exceso y la vida en el sofá.

6. Busque actividades creativas y significativas. Vierta sus sentimientos en un pasatiempo o una actividad creativa. Escribir en su diario puede ayudarle a concentrarse e incluso puede ser terapéutico, según estudios de James Pennebaker y otros.

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7. Compartimentar. Si la fuente de su infelicidad es el trabajo, ponga sus luchas laborales en el «compartimento de trabajo» de su cerebro. Déjelos allí cuando esté en casa para que pueda disfrutar de su vida familiar. Cuando regrese al trabajo, lleve esas cuestiones de trabajo a cabo de nuevo, y trate con ellos lo mejor que pueda. Tomar un descanso mental de sus problemas puede ayudarle incluso a imaginar nuevas soluciones.

8. Dese cuenta de que todo cambia. Los acontecimientos cambian, los sentimientos cambian. Sin embargo, como sea que se sienta ahora, es probable que se sienta diferente en el futuro… quizás hasta en el próximo momento. Deje que «esto también pasará» se convierta en su lema.

9. Cambie un pequeño aspecto de su situación. ¿Hay alguna manera de hacer un cambio insignificante que mejore su vida? «Haz una cosa diferente», como escribió el terapeuta Bill O’ Hanlon en su libro del mismo nombre. Entonces realice otra acción que le ayudará. Y luego otra.

10. Pida ayuda. Usted puede pensar que está admitiendo la derrota al pedir ayuda. Reconsidere esta idea destructiva. En su lugar, piense en sí mismo como el Presidente o Director de su propia vida (porque lo es) y delegue algunas responsabilidades a otros. Use el tiempo que gane para el autocuidado, la diversión y actividades significativas. Encuentre un terapeuta que pueda ser su aliado.

11. Ayudar a otros. Aunque puede sonar extraño sugerir que se ayude a otros cuando usted mismo necesita ayuda, las investigaciones demuestran que ayudar a otros lo hará más feliz, entre otros beneficios para la salud. También puede darse cuenta de que su situación siempre podría ser peor, porque podría serlo. (Si usted ya es un cuidador de tiempo completo, esta táctica puede no ser la mejor para usted.

12. Agradezca lo que pueda. La gratitud es la prima de la felicidad.

Hay momentos en los que la búsqueda de la felicidad puede ser una forma de evitar problemas graves. Por ejemplo, si usted es infeliz porque está en una relación abusiva o que pone en peligro su vida, podría ser una excusa para concentrarse en momentos de felicidad. Llame a una línea directa para pedir ayuda y salga cuando pueda.

Algunas personas extraordinarias pueden encontrar la felicidad incluso en las condiciones más duras. Tales individuos sorprenden e inspiran. Por ejemplo, cuando a la poetisa y autora Nina Riggs le diagnosticaron cáncer de mama metastásico, supo que moriría y abandonaría a sus dos hijos pequeños. Antes de su muerte a los 39 años, pudo decirle a su marido: «Tengo que amar estos días de la misma manera que amo a cualquier otro«.

Cuando espera a que ocurra algún evento externo para poder ser feliz, está tomando una postura pasiva hacia su propio bienestar. Recuerde, usted solo tiene la responsabilidad final de su propia felicidad.

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