La meditación, especialmente la mindfulness, se ha vuelto popular – y como investigador que ha pasado muchos años estudiando la meditación, esto me preocupa. Mi temor es que, como tantas otras modas que sucedido en el pasado reciente, la meditación se abandone por completo cuando la gente descubra que -a pesar de la exageración- no es una cura mágica para los dolores o problemas de la vida.
Sin embargo, solo porque temo que la meditación esté siendo sobrevendida, no significa que dudo de sus beneficios. Me encuentro con gente todo el tiempo que me asegura que sus vidas han sido transformadas para mejor como resultado de comenzar una práctica de meditación. Y mi propia vida se ha enriquecido profundamente con mi larga exposición a la meditación.
Pero los estudios científicos cuentan una historia mucho menos entusiasta. Recientemente terminamos un gran estudio y encontramos que varias formas de meditación no tenían ningún efecto en la forma en que las personas manejan el estrés, cómo se comportan en sus vidas diarias, o en sus niveles de depresión y ansiedad. Afortunadamente, los datos de muchos otros estudios -cuando se toman en su conjunto- pintan un cuadro ligeramente más brillante. En promedio, la meditación ayuda a la depresión y la ansiedad, pero los efectos son pequeños y no mejores de lo que uno ve con cualquier otra intervención.
Mi opinión sobre todo esto es que la meditación no es para todos, a pesar de su estatus actual como una panacea para todos nuestros enfermos. Cuando funciona para alguien, realmente funciona. Cuando no funciona, puede hacer que te sientas frustrado en el mejor de los casos y desdichado en el peor. Así que si has probado la meditación y has decidido que no es para ti, no deberías sentirte mal por ello. Hay muchas otras estrategias para mejorar tu salud y bienestar.
Pero si no has probado la meditación y quieres ver si te puede beneficiar, aquí tienes algunas sugerencias sencillas:
1. Inténtalo durante una o dos semanas. Prueba con sesiones cortas de meditación al principio. Varias buenas sesiones de cinco a diez minutos son mejores que una frustrante sesión larga. Y, si encuentras que la meditación es difícil, ¡bienvenido al club! A todo el mundo le resulta difícil.
2. Intenta usar una aplicación, especialmente al principio, ya que puede ser una guía y un marco para empezar. Calm: meditación y sueño, es una buena aplicación (y gratuita), pero hay muchas más.
3. Si puedes, únete a un grupo de personas que están aprendiendo a meditar. A pesar de que la meditación es una práctica solitaria, el apoyo del grupo puede hacer una diferencia asombrosa.
4. Si estás luchando con niveles clínicos de ansiedad o depresión, asegúrate de mantener a tu médico al tanto. También, considera la posibilidad de leer The Mindful Way Through Depression de Mark Williams, John Teasdale, Zindel Segal y Jon Kabat-Zinn. Este libro le introducirá a la Terapia Cognitiva Basada en la Meditación (TCCM), la cual, de todos los programas de meditación, tiene la mejor evidencia científica detrás de ella.
5. Si tratas de meditar y sientes que no es para ti, no te sorprendas. A pesar del bombo, no es para todos. Y eso está bien porque hay muchas otras maneras de mejorar su bienestar.