La empatía es algo poderoso. En la superficie, te permite entender a las personas y conectarte con ellas más profundamente. Sin embargo, una vez que empiezas a desarrollar tus habilidades empáticas, se vuelve mucho más interesante y ofrece muchas más perspectivas sobre tu vida y las vidas de los que te rodean.
Aunque hay algunas personas que nacen con habilidades altamente empáticas, la empatía es algo que puede ser logrado y desarrollado por cualquiera. Lo único que ha impedido que la gente desarrolle este don especial que todos poseemos es la idea de que «las emociones son para los bebés llorones y las personas débiles«.
Una vez que leas acerca de estos 4 superpoderes que vienen con altas habilidades empáticas, comprenderás que la falta de empatía te hace débil, y no al revés.
1. Leen la mente de la gente
La lectura de la mente no es tan «sobrenatural» como puede parecer para muchos. De hecho, todos lo hacemos hasta cierto punto: leyendo señales de la entonación de las personas, el lenguaje corporal y el discurso verbal. Si te molestaras lo suficiente como para analizar estos signos no verbales en aquellos que te importan, seguramente serías capaz de decir si están mintiendo, ocultando algo, si están felices, tristes; lo que sea.
Los empáticos llevan esto un paso más allá. Además de ser capaces de leer las señales visuales y de entonación de quienes los rodean, pueden detectar sus emociones más profundas involucradas en el proceso, aquellas que muchos se esfuerzan por mantener ocultas.
La verdad es que la gente puede aprender a actuar de cierta manera para lograr la percepción deseada por los demás. Sin embargo, cuando se enfrentan a un empático, todas las máscaras se caen por la capacidad penetrante del empático de ver y sentir sus motivos y naturaleza más profundos.
Con esta información, el empático es capaz de ponerse en su lugar y ver cómo piensan y por qué están pensando así. Ninguna acción puede escapar a su poderosa percepción emocional, y los pensamientos son inspirados por las emociones.
2. Se convierten en su propio súper héroe emocional
La capacidad de escuchar y reconocer cada sentimiento en un torbellino de emociones que inspiran y crean comportamientos puede ser dirigida hacia el interior. Muchas personas hoy en día eligen estar desconectadas de sus sentimientos, ya que enfrentarse a sus propios sentimientos es la tarea más difícil.
Un empático es muy consciente de sus emociones y las de los que le rodean. La capacidad de diferenciar entre ambas es lo que los hace lo suficientemente fuertes para enfrentarse a la carga de las emociones.
Siendo este el caso, un empático es capaz de empezar a seguir sus emociones y dominarlas para seguir un camino de crecimiento y madurez emocional. Si, por ejemplo, alguien dice algo que irritaría a un empático, podrá ver de dónde viene esa afirmación y en qué se diferencia de su visión del mundo.
Sabiendo que se trata de dos mundos diferentes que pueden chocar fácilmente, comprenderán fácilmente su reacción y aceptarán la realidad, sin causar ningún conflicto. Es porque se entienden a sí mismos y entienden a la otra persona: y esto es un paso hacia la madurez emocional.
3. Transmután la negatividad que sólo ellos pueden sentir
Los empáticos no sólo son capaces de sentir las emociones de las personas que les rodean, sino también la energía que permanece a su alrededor a partir de esas emociones. Cuando entran en una habitación llena de energía negativa, pueden sentirla y saben qué hacer.
Los empáticos pueden sentir fuentes de energía positiva y se sienten apegados a ellas. Estas pueden ser formas de meditación, plantas que transmutan la energía negativa en energía positiva, o incluso simples palabras de aliento y pensamientos.
Si tienen el control de sus propias emociones, pueden fácilmente usar su conocimiento para transmutar la energía negativa que los rodea en una energía positiva.
4. Convierten su sensibilidad en una habilidad muy codiciada
La sensibilidad de un empático puede ser su mayor rasgo cuando está en el mundo. Muchas personas altamente empáticas pueden decir fácilmente lo que es bueno y lo que no es bueno para ellas, desde la comida y las bebidas hasta las personas, las habitaciones y los espacios abiertos.
Esta sensibilidad les hace evitar muchas cosas, que para muchos parecerían limitantes y difíciles. Sin embargo, esta misma sensibilidad puede ayudar a que la empatía se convierta en muchas cosas que otros necesitan, pero de las que no son conscientes.
Desde convertirse en chefs orgánicos que incluyen energías en su comida, hasta asombrosos arquitectos paisajistas, las posibilidades son infinitas cuando su peculiar sentido de las cosas está en juego.
El empático creará el mejor espacio vital, sala de meditación o jardín, observando el flujo de las energías y las fuentes que generan la energía más positiva. ¿Cómo lo hacen? No esperes averiguarlo, ya que ellos saben cómo lo sienten, pero no serán capaces de decir por qué.