Los seres humanos son criaturas olvidadizas, pero no por naturaleza. Es algo a lo que nos hemos adaptado, gracias a los cerebros sobrecargados de trabajo y a los horarios estresantes.
Afortunadamente, después de siglos de olvido humano, nuestra especie finalmente está dispuesta a admitir una máxima útil: todos somos olvidadizos a veces. Debido a eso, podemos tomar medidas para detectar errores involuntarios antes de que ocurran. Por eso los pilotos siempre trabajan en parejas o los editores tienen rigurosos regímenes de revisión (y tú tienes sistemas de autocorrección).
La idea de que la mayoría de los errores pueden ser detectados antes de que se produzcan se llama poka-yoke, una frase japonesa que significa «a prueba de errores».
Popularizado por el ingeniero de Toyota Shigeo Shingo en la década de 1960, poka-yoke se implementó originalmente para asegurarse de que los trabajadores de la cadena de montaje no omitían inadvertidamente los pasos del proceso que dificultaba la producción en cadena. Hoy en día, guía nuestro mundo profesional de miles de formas invisibles. Si empiezas a buscar sobre esta idea, podrás comprobar estas medidas de seguridad de comportamiento manifestadas de grandes maneras (como por ejemplo que los lanzamientos de misiles nucleares requieren el giro simultáneo de dos llaves, impidiendo que una sola persona lance un ataque por su cuenta) así como de otras formas más pequeñas (como cuando Microsoft Word pregunta «¿estás seguro de que deseas salir?» cuando intentas cerrar una ventana).
Y es que si honesto y eres consciente de los errores que cometes, es muy fácil hacer poka-yoke en tu propia vida diaria.
Por ejemplo: ¿has tenido la intención de enviar un paquete por correo, pero lo olvidaste (o simplemente lo ignoraste) cuando saliste con tu coche por la mañana? Reconoce el error y ponle haz poka-yoke: coloca las llaves de tu coche encima del paquete cuando llegues a casa el día anterior para asegurarte de que no puedas olvidarlo al día siguiente.
¿Alguna vez te encuentras en mitad de la ducha y no puedes recordar si ya te has lavado el cabello con champú? Haz Poka-yoke: Pon el recipiente boca abajo después de usarlo para decirte a ti mismo que el trabajo está hecho (y al comienzo de tu próxima ducha, gíralo de nuevo hacia arriba).
¿Eres propenso a enviar correos electrónicos de los que te arrepientes rápidamente? Ve a tus preferencias de Gmail y haz clic en «habilitar deshacer envío» para darte hasta 30 segundos para cancelar cualquier mensaje enviado antes de que llegue a la bandeja de entrada del receptor.
Podríamos seguir y seguir con ejemplos en tu vida y en el mundo en general, pero la clave principal del poka-yoke es ser consciente de tus propios errores. Esto requiere una cierta inteligencia emocional, así que sé honesto contigo mismo y perdónate. Y si eso resulta demasiado difícil, al menos agradece que no eres el tipo que grabó un error tipográfico en el Lincoln Memorial. Esa persona podría haber usado un corrector ortográfico.